Gestamp busca crecer pese a las incertidumbres

Ha presentado unos buenos resultados de enero a septiembre en un escenario marcado por la guerra comercial, la nueva regulación de emisiones o el frenazo en China; pero a estos problemas se suma ahora una economía más debilitada.

El proveedor español de componentes de automoción especializado en chasis y chapa de vehículos Gestamp ha logrado un beneficio en los nueve primeros meses del año de 136 millones de euros, un 7 por ciento más que en el mismo periodo de 2017, tras un aumento del beneficio bruto de explotación (ebitda) del 8,6 por ciento, hasta los 681 millones, y unos ingresos de explotación que alcanzaron los 6.402 millones, un 4,4 por ciento más. Además, los márgenes pasaron del 10,4 por ciento al 11,1 por ciento. Estas cifras se han producido dentro de un marco global muy negativo para el sector marcado por la guerra comercial, la reducción en la fabricación, la desaceleración de la economía en China o la devaluación de las divisas.

Pese a estos factores la compañía ha capeado bien la situación y se escapa a nivel empresarial, que no de cotización, del resto de competidores. Pero la empresa controlada por la familia Riberas posee un hándicap que se debe tener presente, la deuda. De los últimos resultados se desprende que el apalancamiento ha aumentado de enero a septiembre un 16 por ciento, hasta 2.498 millones. El analista de Trea Asset Management Joan Borràs explica que poseen contratos de mucha visibilidad, a largo plazo, y este crecimiento en contratos requiere inversiones, por lo que han usado la deuda «como herramienta para crecer y cumplir con sus objetivos». De este modo, piensa este experto, han utilizado el apalancamiento porque «se lo pueden permitir ya que está soportado por el crecimiento y este crecimiento, por los contratos». Aunque Borràs añade que el crecimiento podría verse mermado por no conseguir los objetivos en fecha y esto «sí que haría daño a la deuda por una reducción del ebitda», además de que la empresa ya se han visto afectada por la depreciación en el mercado de divisas, comenta el analista de Trea. Para el departamento de análisis de Bankinter el aumento del endeudamiento «parece acusado a primera vista», aunque «queda matizado si se tiene en cuenta el pago del dividendo», ya que tiene el compromiso de repartir el 30 por ciento del beneficio en dividendo.

Huir de las incertidumbres gracias a contratos

La gestora de fondos Magallanes considera que Gestamp se está beneficiando de varias tendencias estructurales dentro del sector como la necesidad de reducir emisiones a través de la reducción en el peso de los coches, las mayores exigencias regulatorias a nivel de seguridad y el 'outsourcing' de las unidades de estampación por parte de los principales constructores de coches.

Bajo este prisma el gestor y analista de renta variable de Gesconsult Gonzalo Sánchez prevé que las grandes marcas de automóviles acudirán a Gestamp porque toda la nueva regulación «beneficia a los que hacen buenos componentes de calidad y este es el caso de Gestamp», por lo que, continúa Sánchez, «cerrará buenos contratos con los que lograr grandes volúmenes a futuro». Joan Borrás también prevé grandes volúmenes en los contratos, además de seguir con un buen crecimiento en los márgenes.

Por otro lado, los expertos consultados consideran que también será muy importante cumplir con la ejecución en tiempo de los pedidos.

Una cotización menos positiva

Parece que Gestamp tiene asegurado el futuro gracias a saber aprovecharse de las tensiones coyunturales o darle la vuelta a situaciones que parecían negativas, como la normativa de emisiones; pero en el plano más puramente bursátil la situación es distinta. Y es que los expertos que siguen a esta compañía comparten la visión de que el valor está siendo claramente castigado por las tensiones ya mencionadas, un mal comportamiento de un sector muy cíclico y de un ciclo económico que parece echar el freno y caminar a una desaceleración. Gonzalo Sánchez cree que la incertidumbre «lastra a Gestamp, ni más ni menos», con unas perspectivas económicas «que empiezan a no ser nada buenas».

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Además, el sector ha estado plagado de 'profit warning' que no han sentado bien, pero se trata de «otras compañías que no han hecho los deberes y han usado esto para sacar la basura», asegura Sánchez, que reconoce que está en un sector «muy cíclico que puede ir mal» pero en 2019 Gestamp se debería «comportar bien porque tiene un potencial muy relevante y no estamos en un escenario como 2008, por lo que el ataque está siendo completamente innecesario».

De la misma opinión es Joan Borràs que afirma que está afectada por el mal comportamiento del resto y arrastrada por las incertidumbres generales, tanto globales como de su negocio. Borrás declara que por un lado «está la nueva legislación europea sobre emisiones y, por otro, la desaceleración de fabricación y venta en China que hacen bajar las expectativas», además «del miedo a un cambio de ciclo económico que genera tensión en la cotización de un valor cíclico marcado por las ventas» y explica que en un cambio de tendencia económica, las ventas es lo primero que se resiente. Si bien este analista explica que en plena crisis Gestamp, aunque bajó en ventas un 15 por ciento, sólo redujo en un punto su Ebitda. En conclusión, desde Trea AM aseguran que dado el comportamiento actual del valor es «un muy buen momento de entrada para aquellos inversores que tengan una visión de largo porque las perspectivas son buenas y el castigo ha sido excesivo».

Según las estimaciones de Magallanes Value Investors, Gestamp cotiza actualmente «a una valoración muy atractiva para inversores a largo plazo» y desde Bankinter insisten en que la mejor manera de tomar exposición en el sector del automóvil «es a través de las compañías de componentes», ya que por su estructura empresarial «deberían ser las menos penalizadas». Frente a esta situación, Gestamp cuenta «con la diversificación geográfica como gran fortaleza», exponen en Bankinter.

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Japón como ejemplo

Gestamp ha inaugurado su primera planta en Matsusaka, Japón. La inversión no ha sido de gran cuantía, 67 millones, pero es la primera vez que una compañía española de este sector logra romper con la tradición japonesa 'keiretsu' por la cual se unen varias empresas para lograr un objetivo común. Los acuerdos con Mitsui, que ostenta el 12,5 por ciento del capital de Gestamp, y con Toyota y Nissan son ejemplos de la capacidad de penetración en mercados y consecución de contratos de Gestamp.

En definitiva, Gestamp sabe cómo moverse en la diversificación de mercados y la instalación en Japón se ha convertido en la sexta nueva fábrica en lo que va de año. Suma 107 plantas de fabricación y 13 centros de Investigación y Desarrollo (I D).

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