El interés de IAG dispara a Norwegian un 47% y encarece su compra hasta 1.000 millones
El grupo de Iberia, que vale en Bolsa casi 15 veces más, adquiere ya un 4,6% y estudia hacerse con un competidor creciente de sus aerolíneas 'low cost'
Tras apretarse el cinturón los últimos años, en IAG ha llegado la hora de crecer en tamaño. Así lo quiere la cúpula del 'holding' que agrupa, entre otras aerolíneas, a Iberia, British Airways y Vueling. Primero fue a finales de diciembre con la compra de los activos de la compañía austríaca Niki (parte del grupo Air Berlín que entró en liquidación), hasta 15 aviones Airbus A-320 y una "atractiva cartera de 'slots' (derechos de despegue y aterrizaje en distintos aeropuertos) y ahora pretende quedarse con Norwegian, uno de los principales competidores de sus firmas de bajo coste ('low cost'), sobre todo Level por los vuelos transatlánticos que la primera lleva varios años haciendo -el pasado 19 de enero batió el récord de rapidez con un avión comercial subsónico- y la primera lo ha empezado a hacer en 2018.
De momento, según comunicó este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha hecho con el 4,6% de los títulos de la empresa noruega. Lo hizo, eso sí, antes de que el conocimiento público de su interés disparase el valor bursátil de dicha aerolínea hasta niveles inusitados:_un 47,4% en un solo día. Sus acciones en la Bolsa de Oslo cerraron la jornada a un precio unitario de 33,35 dólares (unos 27 euros), casi once más que en la víspera.
Comprar ahora el 100% de Norwegian -algo que en IAG contemplan, aunque no confirman hasta valorar si lanzan una OPA- les costaría algo más de 1.000 millones. Una cantidad importante, aunque menos en términos relativos si se compara con la capitalización actual de IAG, prácticamente de 15.000 millones. Este jueves, de hecho, su acción apenas bajó medio punto hasta terminar con un precio de siete euros.
Para la aerolínea noruega, no obstante, «el interés confirma la sostenibilidad y el potencial de nuestro modelo de negocio y de nuestro crecimiento global». En España fue la sexta aerolínea que más pasajeros transportó en el primer trimestre (1,44 millones), por delante de Lufthansa pero superada por los reyes del 'low cost', Ryanair (7,8 millones) y Easyjet (2,5 millones), además de Air Europa (2,5 millones), Iberia (3,4 millones) y Vueling (prácticamente cinco millones).
El año pasado transportó 33,5 millones de pasajeros en todo el mundo (8,4 millones en España tras un alza del 24%) y ofrece medio millar de rutas, la quinta parte a aeropuertos españoles. Su facturación global creció un 19% hasta 3.189 millones de euros, pero los elevados costes de su expansión -compró 32 aviones, contrató 2.000 empleados y abrió nuevas rutas de largo radio- hizo que perdiera casi 31 millones.
En contraste, IAG elevó sus ganancias anuales un 3,5% hasta 2.021 millones, aunque sus ingresos solo lo hicieron un 1,8% para quedar en 22.972 millones. Por eso sus dirigentes, con el primer ejecutivo Willie Walsh a la cabeza, pretenden ahora ser más grandes aunque no a cualquier precio. En este sentido -según señalaron a la CNMV-, no han tenido todavía "conversaciones» con la aerolínea noruega sobre la posibilidad de adquirir toda ella -hasta veinte inversores controlan dos tercios de su capital (casi el 65%)-, «no han tomado ninguna decisión sobre la formulación de una oferta en este momento» y tampoco «existe certeza sobre si se llegarán» a hacerlo.
Huelga de pilotos en Vueling
Antes, sin embargo, el 'holding' hispanobritánico -que tiene otro ojo puesto en cómo quede finalmente la letra pequeña del 'brexit' para ver cómo acomoda su situación- deberá lidiar con la huelga prevista en una de sus filiales. Los pilotos de Vueling han convocado cuatro días de paros de 24 horas (25 y 26 de abril, junto a 4 y 5 de mayo), en protesta por los "incumplimientos reiterados" de varios puntos del convenio colectivo. Entre ellos, los procesos de selección de personal, la cobertura de vacantes temporales, la notificación de los períodos de descansos y los días libres.
Otra de sus quejas hace referencia a la apertura creciente de bases en el extranjero, donde aplica un convenio diferente pese a lo pactado, en detrimento de las españolas. Asimismo, se quejan de la "dilación en las negociaciones" de un nuevo acuerdo colectivo por parte de la compañía, con ofertas "muy inferiores" a las de la competencia.