El Gobierno brasileño ajusta más su gasto para cumplir con los camioneros
El Gobierno brasileño anunció hoy nuevos recortes en el gasto público para cubrir el coste que supondrán los subsidios al[…]
El Gobierno brasileño anunció hoy nuevos recortes en el gasto público para cubrir el coste que supondrán los subsidios al diesel, que permitieron acabar con una huelga camionera que aún compromete el abastecimiento de productos básicos.
La huelga empezó el pasado 21 de mayo y fue cediendo gradualmente desde el último domingo, cuando el Gobierno alcanzó un acuerdo con los sindicatos para reducir los precios del diesel, cuyas continuas y fuertes alzas dispararon el malestar de los transportistas.
Según el Ministerio de Hacienda, los subsidios que permitirán esa reducción de precios le costarán al Estado unos 9.500 millones de reales (2.570 millones de dólares), que serán compensados con un nuevo ajuste del gasto, precisado en un decreto publicado hoy.
Los recortes afectarán a beneficios fiscales que el Gobierno daba al sector exportador y a la agricultura, así como los presupuestos de diversas áreas, que incluyen desde programas de reforma agraria hasta el desarrollo de planes de ciencia y tecnología.
El presidente brasileño, Michel Temer, no comentó esos recortes, pero sí afirmó hoy que el fin de la huelga de camioneros fue producto de un "esfuerzo de diálogo" que, en su opinión, debe guiar a todos los responsables por dirigir a la Nación.
"Gracias a Dios estamos terminando la huelga de camioneros, por medio de una actitud que llegó a ser criticada, la del diálogo", declaró el mandatario en una ceremonia de una iglesia evangélica.
"No uso la fuerza ni la autoridad. Uso el diálogo, la palabra y así lo hace todo el Gobierno, conectado con los estados y también con los municipios", subrayó.
"Que esto sirva de ejemplo para todos", afirmó Temer, quien subrayó que los dirigentes de una Nación deben guiarse por una "palabra de paz, de armonía, de respeto mutuo, y por el culto a la familia y la unidad".
Aunque el Gobierno ha admitido que aún restan unos pequeños focos de protesta, este miércoles ya casi todos los camioneros abandonaron los bloqueos que mantenían en las carreteras y se reincorporaron a su tarea, incluso en el puerto de Santos, el mayor de Latinoamérica y que sufrió con rigor los efectos de la huelga.
El general Sergio Etchegoyen, ministro del Gabinete de Seguridad de la Presidencia, explicó en rueda de prensa que ahora la "única preocupación" del Gobierno es retomar a plenitud la distribución de productos básicos, que cayó a niveles críticos mientras duró el paro camionero.
Según el ministro, aún existe problemas en el abastecimiento de gasolina, ya que se ha "dado prioridad" a la entrega del diesel, que utilizan los vehículos de transporte de cargas, y al queroseno de aviación, para garantizar las operaciones aeroportuarias.
La protesta de los camioneros fue cesando gradualmente desde el pasado domingo, después de que el Gobierno aceptó reducir el precio del diesel y pactó otras concesiones con los sindicatos camioneros.
Otro frente de conflicto también se disipó hoy, con la decisión de los sindicatos petroleros de poner fin a una huelga de 72 horas que había comenzado este miércoles con una bajísima adhesión.
La Federación Única de los Petroleros (FUP), que agrupa a los trabajadores del sector en Brasil, anunció el fin de la paralización después de que la Justicia la declaró "ilegal" por su carácter "político-ideológico", pues no planteaba ninguna reivindicación en favor de los trabajadores.
El paro petrolero había sido convocado en apoyo a los camioneros para exigir cambios en la política de precios de Petrobras, que fija el valor del combustible según el mercado global, y también pedía la renuncia del presidente de la estatal, Pedro Parente, a quien los sindicatos acusan de favorecer a las multinacionales del sector.
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