El avión solar llegará a Sevilla tras realizar la travesía del Atlántico

El avión solar Impulse II, que vuela únicamente con energía captada del sol, aterrizará esta semana en Sevilla tras realizar[…]

El avión solar Impulse II, que vuela únicamente con energía captada del sol, aterrizará esta semana en Sevilla tras realizar una de sus etapas más difíciles, la travesía del Océano Atlántico, desde Nueva York hasta la capital andaluza.

El aparato de Bertrand Piccard y André Borschberg, capaz de volar día y noche sin combustible con energía cien por cien solar, inició ayer su recorrido desde el aeropuerto JFK de Nueva York a las 02:30 hora local (06.30 GMT), por lo que se prevé su llegada a Sevilla para el jueves o el viernes.

Unas 90 horas de vuelo en cuatro días y cuatro noches sin descanso (si las condiciones climatológicas lo permiten) durará esta travesía, una de las más complicadas por su duración.

Después de catorce etapas, pasando por Omán, India, Myanmar, China, Japón y Estados Unidos, los creadores del avión consideran España una de las mejores opciones para hacer parada en Europa.

Pilotado por Bertrand Piccard, este nuevo tramo sólo es comparable al que realizó el año pasado el otro ingeniero que desarrolló el proyecto, André Borschberg, cuando sobrevoló el Océano Pacífico durante cinco días y sus noches, batiendo un nuevo récord para demostrar que las energías limpias pueden alimentar el planeta.

Este proyecto busca, mediante la vuelta al mundo del avión propulsado exclusivamente con energía solar, concienciar y convencer a los gobiernos del mundo de que implementen las soluciones tecnológicas que permitan preservar el medio ambiente.

Para afrontar el desafío de lograr la primera vuelta al mundo en un avión propulsado por la energía solar, se ha optimizado cada eslabón de la cadena de propulsión, desde las células solares hasta las hélices.

La aeronave monoplaza, fabricada con fibra de carbono, tiene una envergadura mayor que la del Boeing 747, con un peso que equivale a un vehículo familiar vacío, y mantiene una velocidad de travesía de entre 45 y 55 kilómetros por hora, mientras que alcanza un máximo de 8.500 metros de altitud.

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Un total de 17.248 células solares incorporadas en las alas cargan las cuatro baterías que a su vez accionan los cuatro motores eléctricos y las hélices, con un sistema de propulsión que es el 93 por ciento de eficiente, por lo que solo pierde el 7 por ciento de energía, comparado con un coche que desperdicia el 70 por ciento.

Gracias a las diez cámaras montadas en el habitáculo, las alas, el centro de control de la misión y en tierra, los miles de aficionados a este proyecto pueden seguir en todo momento las evoluciones del piloto y de los ingenieros.

De momento, la travesía del avión, para la que se han ido turnando el pilotaje Piccard y Borschberg, esta completa en un 80 por ciento.

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En la etapa anterior, Borschberg recorrió los 129 kilómetros que le separaban de la localidad de salida, Lehigh Valley (Pensilvania), hasta Nueva York.

Una vez el Solar Impulse II aterrice por primera vez en Europa, continuará hasta Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos, donde inició su viaje en marzo de 2015.

La compañía destaca las similitudes de este vuelo con el que realizó a través del Atlántico décadas atrás el Espíritu de San Luis, ya que también intenta despertar el interés del público en la aviación, pero en este caso con las energías renovables.

La Sociedad Geográfica Española le concedió el 1 de marzo el Premio Viaje del Año por demostrar que las tecnologías limpias y las renovables pueden cambiar el mundo, valorando la faceta pionera de sus dos creadores.

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