Casa del campanero redescubre Catedral Ávila a 113 escalones sobre el suelo

La Catedral de Ávila, el primer templo gótico de España, esconde sorpresas y rincones como el descubierto esta mañana a[…]

La Catedral de Ávila, el primer templo gótico de España, esconde sorpresas y rincones como el descubierto esta mañana a cincuenta metros de altura, tras ascender por una estrecha escalera de caracol de 113 escalones que conducen hacia la que hasta los años cincuenta del siglo XX fue la casa del campanero.

Se trata de un espacio construido sobre la bóveda gótica del tramo a los pies de este templo del siglo XII, en el que los campaneros vivían con sus familias junto a la torre desde la que realizaban seis toques al día.

El primero, a las 8.45, correspondía al cimbalillo, según ha explicado hoy el canónigo responsable de Patrimonio de la Diócesis de Ávila, Óscar Robledo, durante la presentación de la rehabilitación de la casa del campanero, que a partir de mañana estará abierta al público para su visita.

Después de años de trabajo sobre este proyecto en el que ya pensó el que durante años fuera el canónigo-administrador de la Catedral de Ávila, Vicente Aparicio, hoy ha visto la luz este espacio de estilo castellano, situado en la torre de la fachada oeste del templo, al nivel del cuerpo de campanas.

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Allí vivieron diferentes campaneros hasta la década de los cincuenta en la que fue abandonado este espacio que cuenta con una sala y dos alcobas, cocina con chimenea y otras pequeñas habitaciones.

Allí permanecía la familia hasta una semana sin bajar a la 'tierra', teniendo en cuenta las dificultades que suponía bajar y subir por la empinada escalera de caracol, especialmente en determinadas épocas del año.

Aunque a veces se descendía una vez al día, lo normal era que permanecieran en esta sencilla casa de estilo castellano durante varias jornadas, ya que contaban con una polea que le facilitaba el abastecimiento de todo lo necesario para el día a día.

El espacio rehabilitado con fondos del Cabildo de la Catedral de Ávila y según el proyecto del arquitecto José Ramón Duralde, se mantiene en unas condiciones similares a las que tenía cuando sus últimos moradores lo abandonaron hace más de siete décadas.

El espacio, construido sobre la bóveda gótica del tramo a los pies de la catedral, en su zona oeste, ha sido ambientado con algunos muebles que se conservaban de la familia del último campanero y con otros similares que sirven para entender las condiciones de vida de la época.

Óscar Robledo ha explicado que se trata de una vivienda habitada por una familia de "clase humilde", que se ha ido acomodando al estado actual "desde hace tiempo".

El trabajo realizado durante años ha dado como resultado esta cada que refleja "lo que pudo ser cuando vivieron los últimos campaneros", ha comentado Fernando Gutiérrez, quien ha destacado el hecho de que con esta visita permitirá también contemplar la torre inacabada de la Catedral y el cuerpo de campanas.

De la misma forma, el visitante que desee adentrarse por dos euros más en esta parte del templo, tendrá la oportunidad de contemplar el entresuelo de las bóvedas de la Catedral, realizadas en el siglo XVIII.

Francisco Moya, director de Desarrollo de Negocio de "astiSplendore", la empresa encargada de la gestión turística de la catedral, ha subrayado los atractivos de este nuevo espacio catedralicio que se suma a otros que han propiciado en los últimos años un incremento de las visitas.

Según ha explicado Moya, la media de visitas en agosto ronda las 26.000, convirtiéndose en el mes de mayor afluencia a un templo que en el último año fue conocido por 270.000 personas.

El director de Desarrollo de Negocio de esta empresa ha explicado a Efe que las previsiones apuntan que este año puede concluir con una cifra de unas 300.000 personas.

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