¿En qué fondos invertir para lograr rentabilidad sin asumir mucho riesgo?

Puede destinar en torno a un 50 por ciento del ahorro a fondos de renta fija, sobre un 40 por ciento a fondos mixtos de bolsa y el resto a fondos...

J. P. desea invertir en fondos para lograr algo de rentabilidad pero sin incurrir en un excesivo riesgo y pregunta a nuestros expertos qué fondos son los más recomendables para lograr este fin. Mar Barrero, analista financiero de Profim, Asesores Patrimoniales Eafi, le responde que los fondos de inversión son unos de los productos más atractivos para gestionar los ahorros a corto y largo plazo. Ahora bien, aunque dentro de la oferta de fondos hay productos para todos los perfiles de riesgo, son un producto de inversión y, por ello, salvo los fondos garantizados (la entidad comercializadora se compromete por contrato a devolver el 100 por cien de lo invertido inicialmente al vencimiento del producto), todos sufren oscilaciones en sus precios y pueden registrar pérdidas.

Los fondos más conservadores son los que comprenden la categoría de fondos monetarios. Estos productos suelen dar un rendimiento muy reducido (máxime actualmente con los tipos de interés del corto plazo cercanos al 0 por ciento), pero constante y sin apenas correcciones. Nuestra recomendación es contar siempre con un pequeño porcentaje de la cartera invertido en estos fondos, pero centrándose en productos con un ratio de gastos inferior al 0,6 por ciento.

A los monetarios, les seguirían, en cuanto a nivel de riesgo, los fondos de renta fija. Esta categoría engloba a una gran diversidad de activos (deuda pública, deuda privada, deuda de máxima calidad -investment grade-, deuda de baja calidad -high yield-, deuda emergente, deuda de corto plazo, deuda de largo plazo...) con comportamientos en muchas ocasiones totalmente divergentes en función de la situación macroeconómica que impere en los mercados. Lo que sí tienen en común es que la renta fija tiene poco de 'fija'. Los precios de estos activos, como los de cualquier otro que cotice, suben y bajan en función de diversas variables (calidad del emisor, oferta y demanda, revisión de los tipos de interés...).

De esas variables, una de las que más repercusión tiene en los precios de las emisiones de renta fija es la evolución de los tipos de interés. Si éstos suben, los precios de los bonos que ya están cotizando en los mercados bajan de forma casi inmediata y viceversa.

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Los fondos de mayor riesgo serían los productos que destinan la totalidad de su patrimonio a los mercados de renta variable. Dentro de esta categoría se incluyen una gran diversidad de productos en función de los mercados en los que inviertan (Europa, EE. UU., Japón, países emergentes, etc...), los sectores (financiero, energía, consumo, tecnología...), la capitalización de las empresas seleccionadas, los estilos de gestión aplicados (valor, crecimiento, blend, cuantitativo...). La presencia de unos u otros en una cartera dependerá del riesgo que el inversor esté dispuesto a correr, el volumen invertido y la situación macroeconómica de cada momento.

Entre medias de los fondos de renta fija y de renta variable, por nivel de riesgo, se encontrarían los fondos mixtos. Estos productos diversifican su patrimonio con distintas emisiones de deuda y acciones, por lo que con un solo producto se tiene acceso a multitud de activos y mercados.

Para un inversor que busca obtener cierta rentabilidad, pero sin incurrir en un riesgo elevado, lo recomendable sería destinar en torno a un 50 por ciento del ahorro a fondos de renta fija (diversificado entre deuda europea de corto plazo, deuda corporativa europea de medio plazo, fondos flexibles de renta fija y fondos de renta fija 'high yield' USA de corto plazo); alrededor de un 40 por ciento, a fondos mixtos de bolsa y el resto a fondos globales de renta variable que cuenten con una gestión activa y que se centren en empresas europeas, norteamericanas y, en menor medida, de países emergentes.

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