Bancos: una larga penitencia

 Ya no se esperaban más sobresaltos procedentes de los bancos. Las entidades ya habían calculado la dimensión del agujero generado[…]

 Ya no se esperaban más sobresaltos procedentes de los bancos. Las entidades ya habían calculado la dimensión del agujero generado por las hipotecas basura con los resultados de 2007, los del primer trimestre de 2008 y las previsiones para lo que resta de ejercicio. También habían sufrido su penitencia particular en la Bolsa con fuertes descensos en sus cotizaciones, tan drásticos que muchos expertos llegaban a decir que, con ello, ya habían cumplido su merecida penitencia.

Pero esta historia no ha terminado. Porque los pecados de los bancos pueden ser todavía más graves. Un fondo de capital riesgo americano, Texas Pacific Group, ha tenido que salir al rescate de B&B, una de las principales entidades hipotecarias de Reino Unido, con la compra de un 23% de su capital. Y en Estados Unidos, la enfermedad de las hipotecas basura ha sufrido un nuevo brote. La agencia de calificación crediticia Standard&Poor's les ha bajado las notas a tres grandes bancos americanos: Merrill Lynch, Morgan Stanley y Lehman Brothers. S&P augura que los tres se verán obligados a efectuar nuevas provisiones. El secretario del Tesoro americano, Henry Paulson, coincide con este diagnóstico: aún quedan muchos meses para dar por superada la crisis. Hay quien hace una perversa lectura entre líneas: los bancos seguirán propinando sorpresas negativas a los mercados.

Las entidades financieras llevan haciendo penitencia desde agosto del año pasado. Pero continúan las pérdidas. El pecado ha sido demasiado grande como para que se vayan de rositas tan pronto. Los bancos, sobre todo los americanos, sembraron en el sistema la semilla de su propia destrucción: concedieron a sabiendas créditos que no iban a recuperar; se quedarían con las garantías (los inmuebles), pero el valor de éstas se ha desplomado en el mercado americano. Y lo peor es que diseminaron la crisis por Europa, vendiendo estas hipotecas ruinosas en forma de productos altamente rentables.

En momentos de bonanza, estos productos funcionaron, pero cuando comienza la fase bajista del ciclo se convierten en insostenibles. Que se lo digan al consejero delegado del cuarto mayor banco de Estados Unidos, el Wachovia: justo antes de que los precios de los pisos comenzaran a bajar en ese país, se le ocurrió comprar una entidad de crédito hipotecario. Y eso le ha costado el puesto. Que la crisis se cebe con los culpables y deje a salvo a las víctimas.

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