Angela libre
Alemania es el motor económico de Europa. Por su peso específico, marca, de manera determinante casi siempre, las políticas que[…]
Alemania es el motor económico de Europa. Por su peso específico, marca, de manera determinante casi siempre, las políticas que se implantan en la zona euro y, también, las decisiones del Banco Central Europeo. No hay que olvidar que la política de tipos de interés bajos que tanto contribuyó a la hinchazón de la burbuja inmobiliaria en España tuvo mucho que ver con una maltrecha situación de la economía alemana en esos tiempos que requería una política monetaria expansiva. Por tanto, su resultado electoral no es baladí. Sobre todo cuando se ha producido un vuelco electoral de tanto significado político y, sobre todo, económico: en la anterior legislatura, el partido conservador de Angela Merkel compartía el Gobierno con el socialdemócrata SPD.
Ahora los alemanes han decidido darle la espalda al Keynes que inspiró las políticas para salir de la recesión (Alemania ya creció en el segundo trimestre), también a sus críticos de la izquierda y han aupado a sus detractores por la derecha, a quienes quieren las manos del Estado fuera de la economía. En definitiva, Merkel compartirá el Gobierno con los liberales del FDP, o con los "free market", como gráficamente los llaman en inglés.
A la Bolsa le entusiasmó el resultado. Y los analistas le encuentran explicación. Por ejemplo, Bank of America-Merrill Lynch explicaba al día siguiente de las elecciones: "Creemos que la nueva coalición será muy positiva para las acciones de las compañías alemanas". "Las políticas germanas ahora darán más importancia al crecimiento con recortes de impuestos, reducción del gasto público y algunas reformas estructurales, aunque modestas, para fortalecer los incentivos a la inversión, a la creación de empleo y al propio trabajo", argumentaba el banco americano en un informe que titulaban "Angela Libre".
Los analistas de Schroders también valoran favorablemente el resultado de los comicios. "La nueva coalición de Gobierno representa una opción más favorable para el mercado, dado que propone recortes de impuestos y mantenimiento de la producción de energía nuclear", explicaban los analistas de esta firma. En particular, compañías como E.On y RWE tendrán mucho que ganar en este entorno, de confirmarse la prolongación de la vida útil de sus centrales nucleares.
Aún es muy pronto para determinar qué medidas concretas adoptará el nuevo Gobierno alemán, lo que está claro, según Threadneedle, es que el ambiente será mucho más amable para las empresas.
¿Puede poner en riesgo la recuperación, aún incipiente, volver a las políticas que crearon los problemas que sufrimos? José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, tranquiliza: "Antes de la crisis, los liberales habrían frenado muchos planes de estímulo, habrían acentuado la caída y retrasado la recuperación. Ahora, una vez estabilizada la economía, las políticas pro-crecimiento pueden volver a ser positivas, especialmente la bajada de impuestos a las rentas bajas en un país con elevada presión fiscal y exceso estructural de ahorro".
Lo malo es si Alemania comienza a crecer, su Gobierno empieza a ponerse nervioso con la inflación y presiona al Banco Central Europeo para que suba los tipos. El Fondo Monetario Internacional lo acaba de advertir: el sistema financiero español será especialmente vulnerable ante un escenario de tipos al alza.