Nueve cosas que no sabías sobre el síndrome postvacacional

El 37% de los trabajadores en España está sufriendo o sufrirá el síndrome postvacacional al reincorporarse al trabajo tras el verano, 4 puntos porcentuales más que el año anterior, cuando se situaba en el 33%.

Comienza la cuenta atrás para la llegada del mes de septiembre y, con él, la vuelta al trabajo y la rutina de la mayoría de los trabajadores. Un retorno que, para algunos, se convierte en una situación negativa y estresante que puede desembocar en el denominado síndrome o depresión postvacacional.

Con el objetivo de poner cifras a este fenómeno, el Grupo Adecco, líder mundial en recursos humanos, ha realizado una encuesta a cerca de 1.000 trabajadores en España de la que se extraen diversos datos. A partir de ese informe, te presentamos 9 datos que quizá no sabías sobre el denominado síndrome postvacacional.

El 37% de los trabajadores en España está sufriendo o sufrirá el síndrome postvacacional al reincorporarse al trabajo tras el verano, 4 puntos porcentuales más que el año anterior, cuando se situaba en el 33%.

Una parte importante del 63% restante, aunque no padecerá la depresión, sí experimentará cuadros de fatiga y estrés vinculados a la correcta inadaptación al trabajo.

Este síndrome es característico de los países en los que es habitual que los trabajadores disfruten de largos periodos vacacionales, como es el caso de España, donde el grueso del descanso anual se concentra fundamentalmente en los meses de verano.

Los más propensos son los trabajadores que tienen menor tolerancia a la frustración, los menos resilientes, los que disfrutan de unas largas vacaciones y los que vuelven a un entorno laboral hostil.

Los síntomas más habituales son: apatía, cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo, estrés o, incluso, tristeza.

Existen casos extremos en los que el trabajador puede experimentar ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general, aunque afectan a una minoría.

En cuanto a la duración, los casos más leves reflejan dificultades durante 2 o 3 días. Sin embargo, es habitual que los síntomas se alarguen hasta las dos semanas. Los casos más extremos podrían durar meses.

El síndrome postvacacional se puede prevenir en la mayoría de los casos retomando el horario de sueño habitual unos días antes, no volviendo del lugar de vacaciones el día anterior al comienzo del trabajo o dividiendo los días de vacaciones para no acumular largos períodos vacacionales.

Si ya se padece el síndrome, se puede combatir levantándose algo más temprano de lo habitual, retomando el trabajo de forma gradual, realizando actividades saludables y adoptando una actitud positiva.

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