Un ataque talibán a la red eléctrica vuelve a dejar Kabul sin electricidad
Alrededor de un 80 % de Kabul permanece hoy sin electricidad después de que los talibanes detonaran de madrugada una[…]
Alrededor de un 80 % de Kabul permanece hoy sin electricidad después de que los talibanes detonaran de madrugada una torre de alta tensión, menos de un mes después de que otro ataque similar de los insurgentes provocase un apagón en la capital afgana.
La torre atacada hoy, situada en el distrito de Dand-e-Ghori, en la provincia nororiental de Baghlan, fue destruida a las 02.48 hora local (22.18 GMT del viernes), dijo a Efe un portavoz del Departamento de Gestión de Electricidad, Wahidulá Tawhidi.
El incidente ocurre semanas después de que el 26 de marzo los insurgentes detonaran otra torre de alta tensión en el distrito de Kilagai, en la misma provincia de Baghlan.
El portavoz añadió que la línea de alta tensión suministraba 300 megavatios (MW) a la capital afgana y que su destrucción ha dejado el 80 % de la ciudad sin electricidad.
Tawhidi precisó que un grupo de ingenieros se encuentra en la zona pero todavía no ha podido comenzar los trabajos de reparación por motivos de seguridad, y explicó que las fuerzas de seguridad también están en la zona.
El jefe de Policía de Baghlan, Ekarmudin Saray, confirmó a Efe que los talibanes detonaron la torre.
"Nuestras fuerzas han llegado a la zona y están luchando por asegurar el terreno antes de que los ingenieros del Departamento de Gestión de Electricidad empiecen a trabajar en la torre", dijo.
Los talibanes han amenazado al Gobierno con cortar la red eléctrica de Kabul si no acepta su petición para mejorar los servicios eléctricos en las áreas bajo control insurgente.
Afganistán tiene una de las tasas de acceso a la electricidad más bajas del mundo y tan solo entre un 25 y un 33 % de la población está conectada a la red, según un informe reciente del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), del Congreso de Estados Unidos.
El país asiático atraviesa una de sus etapas más sangrientas desde que en enero de 2015 la OTAN pusiera fin a su misión de combate en el país, donde continúa en tareas de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas afganas.
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