Las grandes desconocidas del emporio Inditex
La compañía gallega no vuela sola, sino que más de 7.500 empresas españolas le acompañan en su expansión internacional
Lo denominan el efecto Inditex. Y se diría que no tiene límites. Parece que Amancio Ortega convierte en oro todo lo que toca, pero esa riqueza no se queda solo para él, para su compañía, sino que se extiende a todos aquellos negocios que bailan a su son. Y son muchos. En 2016 el emporio dirigido por el consejero delegado, Pablo Isla, trabajó con más de 7.500 proveedores españoles, de perfil fundamentalmente textil, pero también en otros sectores como pueden ser la arquitectura, el diseño, la construcción, la seguridad, la electrónica o los servicios. Entre todas estas empresas que están bajo el 'cobijo' de la firma gallega facturaron el año pasado un total de 4.629 millones de euros -20.000 millones en los últimos cinco años- y generaron más de 50.000 puestos de trabajo indirecto a tiempo completo.
Un ejemplo del fuerte impulso que ha logrado gracias a Inditex es el de un ebanista gallego, Cándido Hermida, con una trayectoria fulgurante que ha ido de la mano de Amancio Ortega. Pasó de ser un pequeño taller creado en 1984 con apenas seis operarios y dedicado al mobiliario clásico de lujo, a convertirse en una de las compañías gallegas con más dimensión en el exterior y que cuenta con unos 600 trabajadores, 500 de ellos en plantilla. Llevan más de 25 años fabricando el mobiliario para la mayor parte de las tiendas de Zara y Zara Home en cualquier lugar del mundo, adonde mueven a sus propios empleados para montarlas en el menor tiempo posible. Solo necesitan 15 días.
«Y fue algo inesperado», explica el fundador, que, con 78 años, rememora perfectamente aquel momento, allá por 1991, en que la compañía textil llamó a su puerta para pedirles que les hicieran 90 mostradores en cuatro días. «Tuvimos que trabajar en Semana Santa, pero a partir de ahí llegó nuestra expansión, crecimiento y profesionalización», cuenta Hermida desde su sede en la localidad coruñesa de Narón.
A partir de ahí comenzaron los pedidos de otras marcas de renombre, tales como Loewe, Michael Kors o Carolina Herrera, entre otras. Son capaces de levantar un córner de estas firmas en El Corte Inglés en una noche, todo en madera, a gusto del cliente e incluyendo también logos, metal e iluminación. Pero no solo se limitan al sector textil, sino que se han diversificado de tal forma que la actividad naval y hotelera también les da mucho trabajo. Así, construyen camarotes de lujo para barcos como los del astillero inglés Sunseeker o crean las habitaciones de hoteles tan importantes como las cadenas Westin, Intercontinental o AC. Y un encargo muy especial: están construyendo los diez vagones del AVE a La Meca en los que viajará la familia real saudí.
«Inditex no solo nos ayudó a crecer, sino que nos abre las puertas en otros mercados al decir que somos proveedores suyos», explica Cándido, que confiesa que de hecho no tienen ni departamento comercial. Sin embargo, cuentan con filiales en Estados Unidos, Canadá, Francia y Qatar y una facturación en 2016 de 56 millones de euros.
Y del mobiliario a la tecnología. La empresa Trison también ha crecido de la mano de Inditex hasta el punto de escalar al podio de las cinco grandes compañías del sector a nivel mundial. En este caso su fundador, Carlos Saavedra, que se inició en el mundo de la orquesta, tuvo la valentía de plantarse en 1998 ante el gigante textil con una propuesta para mejorar los sistemas de audio de sus tiendas. Desde entonces, este negocio gallego es el responsable de instalar los equipos de sonido y pantallas en la mayor parte de tiendas del grupo, más de 7.200 en la actualidad, aunque no son los únicos.
Hoy en día tienen un equipo de más de 240 personas (a los que se suman unos 1.400 empleos indirectos) y está presente en 80 países con nueve oficinas internacionales. Cuentan con más de 1.400 clientes en todo el mundo (entre otros Movistar, El Corte Inglés, Tous y bancos como Popular o Abanca) y factura 48 millones de euros.
«Inditex nos ha generado autoestima, es la cabeza tractora que nos ha dado visión internacional», asegura Saavedra, que puntualiza: «A los españoles a veces nos hace falta que nos hagan ver que somos buenos».
Un Zara cada vez más ecológico: El gigante textil se pone como reto que al menos una de cada diez prendas esté fabricada con tejidos orgánicos o material reciclado.
La preocupación por el medio ambiente está muy presente en el grupo Inditex, hasta el punto de que su reto para este año 2017 es que entre un 5% y un 10% de su ropa sea ecológica. Es decir, que una de cada diez prendas provenga de tejidos orgánicos o reciclados. Por ello la presencia de materias primas como el algodón orgánico (que se cultiva sin fertilizantes ni pesticidas químicos), el algodón BCI (procedente de plantaciones donde se supervisan las condiciones laborales, el uso del agua y los fertilizantes), la refibra (fibra reciclada de muy alta calidad que solo comercializa Inditex) o el tencel (una fibra creada a partir de madera de bosques sostenibles) tienen cada vez más presencia en sus colecciones de moda.
Pero no solo eso, sino que además la compañía gallega apuesta por darle una segunda vida a la ropa, otro paso más hacia la denominada economía circular. Es por eso que en todas las tiendas Zara de España -al igual que en otros países- ya han instalado contenedores para que los cliente depositen las prendas que ya no utilizan, de igual modo que puede solicitarse la recogida en casa de forma gratuita al hacer un pedido on line. Y este servicio, tanto físico como on line, pretenden extenderlo por todos los países y a todas sus enseñas. Toda esta ropa la donan a la institución católica sin ánimo de lucro Cáritas, que recoge cada año unas 25.000 toneladas, de las cuales unas 180 proceden de tiendas Inditex y otras 10.000 de los 800 contenedores que la marca gallega ha colaborado a instalar en las calles de las principales ciudades españolas. Esta organización, a través de su empresa de reinserción Koopera -que da trabajo a 500 personas-, es la encargada de revisar una a una las prendas, decidir cuáles están en condiciones de reutilizarse tal cual por personas con pocos recursos y, las que no, se reciclan para generar nueva materia prima textil, que Inditex usa posteriormente para sus colecciones.
Para aquellos interesados, Zara ha agrupado todas estas prendas sostenibles bajo una etiqueta única denominada Join Life, que confía en que se expanda rápidamente. Sin duda una moda que ha venido para quedarse.