Un verano de récord desata la fiebre turística en San Sebastián
Un verano que se prevé de récord en número de visitantes ha desatado la fiebre turística en San Sebastián, una[…]
Un verano que se prevé de récord en número de visitantes ha desatado la fiebre turística en San Sebastián, una ciudad que se enfrenta a nuevos retos económicos, de ordenación, capacidad de acogida y sostenibilidad de su modelo, ante la masiva llegada de viajeros durante las vacaciones.
A falta aún de datos oficiales sobre pernoctaciones estivales, se sabe ya que, sólo en las tres primeras semanas del pasado agosto, 61.000 personas (más de la mitad extranjeros) acudieron a las oficinas de turismo de Donostia, lo que supone un incremento del 13,18 % respecto al mismo período de 2015 en una ciudad que no alcanza los 190.000 habitantes
La creciente afluencia de viajeros desde que, en octubre de 2011, ETA anunció el cese definitivo del terrorismo no ha hecho más que confirmar una tendencia ascendente ya apuntada años atrás y que en 2016 probablemente alcanzará máximos.
A ello contribuirá sin duda la celebración de la Capitalidad Europea de la Cultura de una ciudad que parece haberse puesto de moda entre viajeros nacionales y extranjeros no sólo por sus paisajes y su mundialmente reconocida gastronomía.
Los problemas que, junto a los evidentes beneficios económicos, lleva aparejados esta "explosión" turística no han tardado en aparecer en la Bella Easo que, de la noche a la mañana, se ha visto obligada a replantearse desde el número de nuevos hoteles que puede soportar, hasta la regulación de los pisos turísticos que, al calor de este "boom" y de las plataformas digitales llevan varios años floreciendo en las zonas más turísticas de la ciudad.
Este fenómeno representa ya el 30,3 % del total de la oferta turística donostiarra, con un total de 4.458 plazas (entre pisos reglados y no reglados), lo que ha llevado al alcalde, Eneko Goia, a crear una comisión técnica para analizar la regulación del sector.
Se pretende de esta manera hacer frente a la amenaza de una "sobreoferta descontrolada de alojamiento" que pueda "comprometer" el modelo turístico de la ciudad -basado en la calidad y la sostenibilidad-, e incluso generar "rechazo social" entre los ciudadanos autóctonos por el encarecimiento de la vivienda de alquiler.
Un aspecto negativo para los donostiarras que también se encuentran molestos por los tediosos atascos generados este verano en la ciudad, a raíz de las colas de vehículos de turistas desesperados por acceder a alguno de los aparcamientos de pago del centro, y por la saturación turística de zonas como la Parte Vieja donostiarra, internacionalmente conocida por los "pintxos" de sus establecimientos, y donde este verano se pudo ver una pancarta con el lema "Tourist go home. Welcome refugees" (Turistas a casa. Bienvenidos refugiados).
Información para los viajeros sobre los estacionamientos disuasorios en las afueras de la ciudad y el reparto de mapas con itinerarios que distribuyen los flujos turísticos hacia barrios distintos del centro, como el Antiguo y Gros, son algunas de las soluciones adoptadas en favor de la convivencia entre visitantes y "autóctonos", quienes tampoco ven con buenos ojos la proliferación de autocaravanas fuera de campings y la zona de aparcamiento especialmente habilitada para ellas, saturada permanentemente.
Una coyuntura que este verano ha dado lugar a situaciones tan "pintorescas" como la de un avispado turista que decidió plantar una tienda de campaña en una pequeña zona verde del paseo de La Concha, con unas inmejorables vistas a la bahía, o la de un ocurrente emprendedor que alquilaba por internet una furgoneta estacionada cerca de esta playa como sitio para pernoctar.
En este caldo de cultivo, se ha planteado con intensidad en San Sebastián la posibilidad de cobrar una tasa turística, al igual que se hace en Cataluña y las Baleares, y que tanto la Diputación de Gipuzkoa como el Ayuntamiento donostiarra, ambos gobernados por la coalición PNV-PSE/EE, ven con buenos ojos.
El alcalde, Eneko Goia, ya se ha mostrado partidario de abrir este debate como forma de "sufragar, al menos en parte", todos los "gastos adicionales" que ocasiona en la ciudad "un fenómeno como el turismo" en ámbitos como los "servicios de limpieza y mantenimiento, en seguridad, o en agentes de movilidad".
En este mismo sentido se ha pronunciado también el diputado foral de Cultura y Turismo de Gipuzkoa, Denis Itxaso, quien defiende la necesidad de establecer una tasa "que devuelva el equilibrio entre lo que aportan y lo que se llevan" los visitantes y que permita "financiar infraestructuras y servicios públicos".
En este contexto, el director de Turismo de San Sebastián, Manu Narváez, advierte de que "lo importante es saber gestionar el éxito" turístico de Donostia y "convertirlo en un valor que sea sostenible en el tiempo", poniendo a la ciudadanía "en el centro del modelo de desarrollo turístico".
Mientras tanto, la excepcional climatología que se ha apoderado de San Sebastián este mes de septiembre y la proximidad de la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián "amenazan" con hacer aún más grande una ola turística donostiarra que las instituciones intentan impedir que llegue a convertirse en tsunami.
.