'Day Trader': Cuatro tareas para mejorar tus rutinas
La jornada del 'day trader' no comienza con la apertura del mercado ni termina con el toque de campana. En[…]
La jornada del 'day trader' no comienza con la apertura del mercado ni termina con el toque de campana. En realidad, su trabajo no consiste solo en realizar operaciones porque hay que ejecutar una serie de tareas rutinarias antes y después de cada sesión de operativa real. Diseñar un plan de trading, conocer las herramientas a nuestra disposición, evaluar nuestro estilo personal, seleccionar el bróker o preparar el espacio de trabajo adecuado son tareas ineludibles para el buen desarrollo de la sesión. Estas son las cuatro tareas imprescindibles para mejorar tus rutinas.
1.- Vigilar la operativa y el plan de trading
Resulta imprescindible revisar y actualizar todos los registros de la sesión anterior para tener una copia de los mismos y poder contrastarla con el bróker si es necesario. Esta tarea también falta para que el trader organice su contabilidad y pueda evaluar posteriormente si ha tenido éxito o fracaso, además de para disponer de la información pertinente a efectos fiscales. Una idea interesante es llevar un diario de trading, una especie de bitácora personal donde el operador va anotando no solo las operaciones sino las reflexiones previas y posteriores. Con el tiempo, se extraen unas conclusiones muy valiosas para mejorar el propio comportamiento respecto a las distintas situaciones vividas en los mercados. Además, es útil para corregir errores en la operativa.
Por otro lado, el diario de trading puede servir para visualizar de forma clara los 'stop loss', las situaciones importantes y un resumen general de la sesión. Se puede llevar en formato electrónico, con una simple hoja de Excel. Del plan de trading es importante repasar los fondos disponibles reales, para no tener que hacerlo en medio de una operación. Esto es importante porque puede afectar a 'stops' y tamaños de las posiciones.
2.- Estudiar y analizar los mercados
El trader está obligado a analizar y estudiar previamente los comportamientos globales de los distintos mercados, prestando especial atención a los indicadores de sentimiento. Este análisis debe servir para evitar que el operador se centre en un único mercado, lo que podría hacerle perder la visión de conjunto. Por ejemplo, hay que ver si evolucionan al unísono (o no) los bonos y las bolsas de cada zona, o cómo están correlacionados los movimientos en las divisas y las materias primas (petróleo, oro, metales). En estos casos, la mejor herramienta son los gráficos de líneas comparativos. Obviamente, resulta crucial conocer los datos macroeconómicos clave que podrían mover el mercado. Lo ideal es disponer del consenso, pero si no lo tenemos, al menos el trader deberá haber analizado la evolución de cada una de las variables. Y por supuesto, no perder de vista las noticias como son posibles declaraciones, reuniones de bancos centrales, etc.
3.- ¿Qué analizar?
Quizás la parte más importante sea qué mercados estudiar y qué activos analizar, porque de aquí van a surgir las oportunidades de entrada. Habitualmente, lo que se suele hacer es un 'screening' del mercado, un estudio cuantitativo empleando distintas herramientas de 'software'. Por ejemplo, el trader tendrá que filtrar todos los valores que hayan cumplido unos requisitos previamente fijados por él mismo, lo que indicará que en esas acciones hay posibilidades operativas. Hay distintos criterios: Por volumen, trabajando con medias; por sectores y/o mercados; valores más activos, tanto por volumen como por variación porcentual; valores que han abierto con hueco; valores que han marcado nuevos mínimos o máximos en el periodo; valores que están sobrecomprados o sobrevendidos en determinados niveles según distintos indicadores (medias móviles, estocásticos, etc.); filtros de reconocimiento de patrones (si hay posibilidad).
4.- ¿Con qué quedarnos?
Finalmente, el 'day trader', teniendo en cuenta el conjunto de valores filtrados en el apartado anterior, debe hacer una selección de valores con buenas posibilidades operativas. Aquí ya es imprescindible abrir gráficos y estudiar detalladamente los siguientes aspectos:
- Determinadas condiciones de tendencia
- Perspectiva desde el soporte y resistencia
- Formaciones y objetivos de precios posibles
- Evolución del volumen
- Concordancia con la situación general del mercado
- Análisis en detalle de los indicadores
Una vez filtrados los valores que presenten estas posibilidades, toca ponerse con un análisis bastante más exhaustivo para evitar que haya aspectos fuera de control. Por ejemplo, conviene analizar el gráfico en plazos temporales superiores a los que se va a realizar la operación, prestando especial atención a los soportes y las resistencias.
Igualmente, el operador debe ser bien consciente del estado de la tendencia y tiene que conocer rangos de fluctuación y volatilidad. Además, es necesario analizar el gráfico intradía de las últimas sesiones para ver su comportamiento al por menor, analizar qué posibles figuras presenta y detectar eventuales mejoras en la colocación de 'stops'. Aquí también se puede ver a partir de qué niveles o franjas horaria comienza a activarse la operativa. Y por último, conviene no olvidar si puede haber noticias o hechos relevantes que puedan afectar al valor seleccionado.
En definitiva, es un trabajo que lleva su tiempo y requiere mucha práctica y adiestramiento. Si es importante que, de entrada, el trader no vaya a por todos los valores y todos los mercados. Es un trabajo que cada uno debe realizar en función de sus posibilidades y medios. Cualquier 'software' de los que se encuentran en el mercado ofrece herramientas de 'screening' que el trader puede configurar a su gusto, pero la abundancia de activos disponibles sugiere que es mejor actuar con prudencia. Hay que ir poco a poco, a medida que el operador vaya asimilando la metodología y esta aporte buenos resultados. No se trata de generar más tensión sino de descargar al trader de trabajo. Este método proporciona a los inversores disciplina, control y objetividad en la toma de decisiones, que son los rasgos que definen a un buen trader.