Un grupo de inversores extranjeros quiere bloquear la venta del Novo Banco
Un grupo de inversores extranjeros, liderados por la gestora de fondos BlackRock y que poseen deuda del antiguo Banco Espírito[…]
Un grupo de inversores extranjeros, liderados por la gestora de fondos BlackRock y que poseen deuda del antiguo Banco Espírito Santo (BES), anunció hoy que va a interponer una acción judicial contra la venta del Novo Banco.
En un comunicado, este conjunto de entidades financieras denuncia que la venta del Novo Banco va a afectar a la queja que interpusieron ante la entidad para recuperar el dinero que habían invertido en obligaciones del BES en nombre de sus clientes.
"Las reglas del proceso de venta son discriminatorias y están en contra de las legislaciones nacional y europea. El cierre de la operación perjudicará la reclamación de los clientes contra el Novo Banco y su capacidad de recuperar lo que perdieron", señalan.
El BES fue intervenido en agosto de 2014 y dividido en dos partes, una con los activos saneados con el nombre de Novo Banco y una especie de "banco malo" que mantuvo el nombre de BES y se quedó con los activos tóxicos.
El Banco de Portugal decidió a finales de 2015 transferir cinco series de obligaciones sénior desde el Novo Banco al BES "malo", con un valor total de casi 2.000 millones de euros, que estaban en manos de BlackRock y los otros inversores descontentos.
Sin embargo, el Banco de Portugal mantuvo en el Novo Banco otras 38 series de obligaciones sénior, por lo que estos inversores consideran que fueron perjudicados y tratados de forma desigual.
"Frente a este tratamiento discriminatorio y pernicioso, el grupo que representa a más de dos tercios de las obligaciones transferidas no tiene otra opción que no sea iniciar un proceso legal contra el Banco de Portugal, para intentar recuperar las pérdidas enfrentadas por sus clientes", refirieron.
El Banco de Portugal anunció el pasado viernes la venta del Novo Banco al estadounidense Lone Star, un acuerdo que prevé que el Fondo de Resolución -organismo público que mantiene en sus manos el 25 % del capital del banco- pueda tener que inyectar más capital en la entidad en un futuro.
BlackRock y los otros perjudicados consideran que este mecanismo supone una "garantía" otorgada por el Banco de Portugal a Lone Star y que prueba que el regulador luso tiene los medios suficientes para resolver las pérdidas sufridas por sus clientes debido a las obligaciones sénior.
El primer ministro luso, António Costa, defendió el viernes que este mecanismo no es una garantía estatal y que las eventuales inyecciones de capital en el Novo Banco serían soportadas por el sistema financiero portugués y no por el Estado.