Europa debería recuperar el foco de atención esta semana, que comienza dominada por las noticias provenientes de Atenas a la espera de que, apurando los plazos y con amenazas de todas las partes, se confirme una respuesta política positiva en Grecia a las condiciones aparejadas a la consecución de un nuevo rescate. La paradoja de los acuerdos logrados in extremis es que cuanto más draconianas son las exigencias que se imponen a Grecia resulta menos probable que el país pueda cumplir con lo acordado, de modo que la crisis está lejos de ser resuelta y seguiremos pendientes de la situación.