Ibex: Hay que amarrar los 9.400 puntos para buscar nuevos máximos

El pasado mes de julio dejábamos cierres en el selectivo español ligeramente por encima de los 9.400 puntos. Fue por[…]

El pasado mes de julio dejábamos cierres en el selectivo español ligeramente por encima de los 9.400 puntos. Fue por muy poco margen y durante demasiado poco tiempo antes de dirigirnos hacia los 8.500 puntos que a punto estuvimos de cerrar por debajo de ellos. Ahora, tres meses después, volvemos al ataque y ayer ya firmamos un cierre superior al que vimos en el mes de julio y hoy tenemos la firme tarea de consolidar dicha ruptura para poder atacar con rotundidad los máximos intradiarios del pasado 17 de octubre en los 9.494,50 puntos antes de que acabe esta semana y puestos a pedir, marcar nuevos máximos anuales.

Esos máximos anuales se encuentran a las puertas de los 9.600 puntos, cuando en la pasada primavera, el selectivo español también sufrió después una importante caída hasta casi perder los 9.000 puntos, nivel que tras un interesante rebote, acabó perdiendo para luego rebotar de nuevo hasta los comentados máximos decrecientes del pasado mes de julio.

Así pues, las próximas resistencias están muy claras y van a ser muy difíciles de romper si no acompañan los bancos. De hecho, ya estamos viendo los primeros problemas para mantener las ganancias de sesiones anteriores.

Y es que valores como el Banco Santander se enfrentan a resistencias muy importantes como son los cuatro euros, donde además de ser un nivel redondo y por lo tanto psicológico, también tenemos la media móvil de largo plazo en dicho precio. Por lo que podemos concluir que el éxito del selectivo español está en manos de los cuatro euros del Banco Santander.

Otro gran peso pesado del selectivo español es el BBVA que dejará fracaso el intento de consolidación de los 9.400 puntos del selectivo español si pierde el soporte de los 4,80 euros, mientras que otro de los grandes, Telefónica acaba de perder su correspondiente media móvil de largo plazo en los 7,05 euros.

Así, va a ser muy difícil romper los 9.400 puntos con la contundencia que se requiere para que los inversores apuesten por el ataque a la importante resistencia de los 9.600 puntos en los próximos días.

La patada a la lata que se le ha dado al Brexit no ha sido suficiente como para que el selectivo español sea capaz de romper al alza la resistencia que se dejó a mediados de este verano en torno a la zona de los 9.400 puntos por lo que todo queda pendiente de resolución desde el punto de vista técnico. De hecho, será necesario que se superen los máximos intradiarios del pasado jueves, cuando el selectivo alcanzó los 9.494,50 puntos.

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A partir de entonces, solo tendremos pendientes los máximos anuales que vimos la pasada primavera a las puertas de los 9.600 puntos para poder soñar en un serio acercamiento a los 9.900 puntos. Allí arriba, ya por debajo de los 10.000 puntos, se encuentra la línea tendencial bajista del selectivo español desde sus máximos históricos en el 2007 en los que viene dejando reacciones con picos decrecientes.

Pero todo este escenario está por verse. Para ello necesitamos el apoyo incondicional del sector bancario y sobre todo de sus resultados empresariales que desde hoy comenzaremos a conocer poco a poco. De hecho, no podíamos comenzar mejor ya que el Banco de Sabadell ha anunciado que ha triplicado su beneficio neto en los nueve primeros meses del año, al ganar 783 millones de euros respecto a los 248 millones que ganó en el mismo periodo del año pasado. Así que comenzamos con unos resultados sectoriales muy satisfactorios, soto porque también sorprende al reducir la tasa de morosidad hasta el 4,08%, medio punto menos que en el mismo periodo del año anterior.

Por lo tanto, ya tenemos encima de la mesa una de las grandes explicaciones de por qué el Banco Sabadell se había distanciado desde el punto de vista positivo del resto de los valores bancarios.

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Por lo tanto, ambiente de nuevo favorable para reconquistar los 9.400 puntos aunque esta vez no podemos permitirnos el lujo de volver a dejar escurrir las ganancias entre los dedos por la tarde.

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