Luces y sombras de la cruzada de la CNMV contra los productos 'tóxicos'

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y otros supervisores de la Unión Europea llevan tiempo tratando de cercar[…]

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y otros supervisores de la Unión Europea llevan tiempo tratando de cercar a una serie de productos financieros complejos y que califican como «tóxicos» para los inversores.

Siempre hay que apoyar a la CNMV cuando toma la iniciativa para proteger al pequeño inversor. En este caso, la batalla del regulador español y de sus homólogos europeos se centra en tres productos que, en su opinión, son demasiado complejos y poco aptos para inversores minoristas. Se trata de los Contratos por Diferencias (CFDs), las opciones binarias y la inversión en Forex, mercado de divisas, con elevado apalancamiento.  

Un conocido analista me comentaba que los CFDs, si se comercializaran sin apalancamiento, «pueden ser un buen instrumento para aprender a hacer trading sin hacerte demasiado daño, pero las opciones binarias y el Forex con apalancamientos salvajes no hay por donde cogerlos. Estaríamos ante la mesa grande del casino».

Pero respetando siempre el apoyo que comentaba al principio a la CNMV, hay un par de cosas que me chirrían en este caso. Si estos productos «tóxicos» están causando, según el regulador, grandes estragos entre los pequeños inversores, ¿cómo es posible que en la última Memoria anual sobre consultas y reclamaciones al supervisor correspondiente a 2015 no se cite ni de pasada ninguna consulta o queja de algún inversor sobre este tipo de productos?

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La segunda cuestión es por qué esta cruzada puesta en marcha contra los CFDs no se extiende a otros productos muy similares y que también pueden provocar grandes pérdidas entre los pequeños inversores. El mismo analista consultado trata de dar respuesta a esta pregunta. «Los CFDs se negocian en un mercado OTC, 'over the counter', no se listan y, por tanto, no pagan ningún tipo de canon, ni tasa, ni nada. Tampoco cotizan en un mercado oficial, por lo que no pagan por sus cotizaciones. En cambio, otros productos que son iguales de complejos que los CFDs sí se negocian en mercados organizados y pagan sus cánones correspondientes, por eso mucho me temo que la CNMV mirará hacia otro lado y no se meterá con ellos».

Ante esto, la pregunta es evidente. ¿Esta cruzada iniciada por el organismo supervisor español es para proteger al inversor o para proteger el negocio? ¿Vía libre para los que pagan, a pesar de los riesgos, y todo tipo de trabas para los que no pasen por caja?

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