El zew: otro síntoma de una economía alemana camino a la recesión

Alemania parece haberse convertido en la principal víctima de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

El índice Zew, que mide la confianza inversora en Alemania, ha vuelto a sufrir una caída. Y de mayor dimensión de la esperada, incluso más profunda de la que habían previsto los expertos más pesimistas. En la evaluación de la situación actual, el indicador ha retrocedido desde los -1,1 puntos hasta los -13,5, cuando se había previsto que se situara en los -6,3. En cuanto a su componente de expectativas, ha bajado desde los -24,5 hasta los -44,1 puntos, cuando se había anticipado que retrocediera hasta los -28 puntos. Con ello, se encuentra en su nivel más bajo desde el año 2010 o 2011, según el indicador con el que nos quedemos. 

Junto a otros datos macro, sobre todo industriales, que se han publicado en las últimas semanas, ello hace pensar que la locomotora europea se encamina hacia una recesión. "La recesión ya está aquí", afirma Philippe Waechter, de Ostrum AM, quien opina que el mal Zew informa de que el deterioro económico continuará. 

Por lo pronto, para el PIB del segundo trimestre del año, que se publica mañana, el consenso de analistas prevé una contracción del 0,1% en tasa intertrimestral, frente al crecimiento del 0,4% del primer trimestre del año. Para el conjunto del año se espera una escueta expansión del 0,6%. 

El presidente del Zew, Achim Wambach, afirmó en un comunicado: "La más reciente escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos, el riesgo de devaluaciones competitivas y la creciente probabilidad de un Brexit sin acuerdo ponen presión adicional en el ya débil crecimiento económico". 

La desaceleración económica alemana, alimentada por los riesgos globales y por la caída del comercio mundial, del que es tan dependiente, ha provocado que la rentabilidad del bono alemán a diez años haya caído en apenas dos meses desde niveles del -0,20% hasta el -0,61% actual. Hoy vuelve a marcar un nuevo mínimo histórico. Arrancaba el año en el 0,20%. 

Las saneadas cuentas públicas del país suponen que el Gobierno tendría margen de maniobra para poner en marcha un programa económico expansivo, máxime cuando, además, el país se financia a tipos negativos en todos los vencimientos. Pero de momento el Ejecutivo de Angela Merkel no parece por la labor. 

Los problemas macro de Alemania están comenzando a atacar al sector privado. Compañías como Continental, Lufthansa y Daimler han rebajado sus expectativas de beneficio y han advertido de que la situación podría deteriorarse más. Por ejemplo, si finalmente la Administración Trump decide poner en marcha aranceles contra las importaciones de automóviles, una cuestión a la que estaría especialmente expuesta la economía germana.

De todas maneras, el Dax alemán se encuentra en positivo este año, con una subida de alrededor de un 10%, frente al Ibex-35, que se encuentra prácticamente plano en este 2019. Pero la disparidad del comportamiento de los valores del índice germano es muy dispar. El más rentable, Adidas, gana más de un 43%, seguido de la eléctrica RWE, que se anota un 33%, mientras que Linde, SAP y Deutsche Boerse avanzan más de un 20%. En el otro lado de la tabla, se sitúan ThyssenKrupp y Lufthansa, con pérdidas de más de un 30%, seguidos de BMW, que se deja un 15% y de Deutsche Bank, que baja un 12%.

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