Centeno dice que la inyección en Novo Banco no hará peligrar cuentas públicas

El ministro de Finanzas portugués, Mário Centeno, aseguró que la inyección de capital que necesita el Novo Banco, que incluye[…]

El ministro de Finanzas portugués, Mário Centeno, aseguró que la inyección de capital que necesita el Novo Banco, que incluye 450 millones de euros prestados por el Estado luso, no pondrá en peligro la estabilidad de las cuentas públicas.

"Quiero dar la garantía de que no va a poner en peligro la estabilidad de las cuentas públicas, porque establecimos un mecanismo con suficientes fases", afirmó en una entrevista divulgada hoy por el semanario luso Expresso.

El Novo Banco, entidad heredera del quebrado Banco Espírito Santo (BES), necesita una inyección de capital de 791,7 millones de euros del Fondo de Resolución, organismo público financiado con aportaciones de los bancos pero que, al no tener capital suficiente, recibirá un préstamo estatal de hasta 450 millones.

Centeno explicó que hay mecanismos en curso para evaluar el impacto de esta operación y que el Gobierno se pronunciará cuando tengan el resultado.

"Cuando hicimos el acuerdo de venta ponderamos las necesidades que podría haber en términos de inyección de capital, las consecuencias para la política presupuestaria y lo que significaba encontrar una solución para una institución fundamental como el Novo Banco", dijo.

El impacto de la banca en el déficit luso es un tema recurrente esta semana, ya que el Instituto Nacional de Estadística (INE) luso divulgó que el déficit público cerró 2017 en el 3 % del PIB, debido a la recapitalización de la estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD).

Sin embargo, Centeno volvió a insistir en la entrevista a Expresso en que este cálculo es un error porque no debería incluir la inyección de capital en la CGD y que el déficit se situó en el 0,9 % del PIB.

"Lo que fue preparado con la Comisión Europea fue un acuerdo de inyección de capital en la CGD fuera del régimen de ayudas de Estado. Lo que implica que el Estado es colocado en las mismas condiciones en las que un privado haría esa operación", subrayó.

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El caso de la CGD sería diferente a los del BES y el Banif (que fue intervenido y después vendido al Banco Santander), según el ministro.

"El entendimiento que teníamos y mantenemos sobre el asunto es que esta operación no tiene ninguna relevancia económico-financiera, es meramente contabilística", sentenció.

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