La copropiedad llega al lujo con inversores ganando el 10% anual
El mercado inmobiliario español evoluciona desde las startups a rebufo de las estaciones de esquí más emblemáticas, con nuevas opciones de copropiedad en viviendas de alto segmento. El rendimiento es del 9,67% anual
El mercado inmobiliario español busca brechas a través de las que expandirse sin incurrir en el riesgo de la intervención de precios –alquileres— o la imprevisibilidad de comportamiento según la zona y la tipología de activos.
El próximo ejercicio será desigual, con algunas referencias cayendo de precios (hasta un -10 por ciento, de acuerdo con el número 2024, el año por delante de la revista Inversión) mientras otras suben gracias a la demanda del cliente internacional. Ni siquiera el alquiler de locales en los centros comerciales da certezas homogéneamente.
El dinero interesado por este tipo de bienes se está moviendo hacia las plazas de parking –según la misma publicación—, pero algunos emprendedores, en este contexto, encuentran otra vía de escape: la copropiedad en viviendas de alta gama situadas en los destinos vacacionales más emblemáticos del país.
Y no sólo en la costa: la actividad ha puesto una pica de Flandes en una de las pistas de esquí más anheladas del país: Baqueira Beret.
Con un rendimiento bruto del +9,67 por ciento al pasar balance del primer año, los números parecen avalar la iniciativa. Descontada la inflación, el resultado arroja un retorno del +6,07 por ciento anual en una escala de riesgo sensiblemente menor a la de los fondos de inversión.
Inversión inédita en España
Carlos Gómez, su tocayo Carlos Floria e Iván Rodríguez dejaron atrás la pandemia de Covid-19 con la idea de aprovechar la demanda turística embalsada tras meses de restricciones y confinamientos y de crear una vía inversora inédita en España para el inmobiliario. Nació la startup Vivla.
Prácticamente dos años después, la firma dispone de 30 millones de euros en el cajón –tras dos rondas de financiación—. Estos recursos la convierten en la empresa de su categoría mejor financiada de Europa, según pudo contrastar finanzas.com.
El catálogo incluye activos en Ibiza, Formentera, Menorca, Cádiz y la revelación: Baqueira Beret. La red se duplicará durante 2024 hasta las 25 opciones. “Es una oferta novedosa de compra e inversión que está creciendo exponencialmente en el mercado de segundas residencias, sobre todo en los destinos de costa”, narran fuentes de la compañía.
Ampliar el portafolio de la costa a las pistas de Baqueira parecía un movimiento llamado a sacar a la empresa de su zona de confort; pero el modelo de copropiedad será la solución más sostenible en zonas donde las viviendas de lujo escasean. Se trata, además, de tipologías de casas que se usan muy pocas semanas al año en las pistas de esquí.
Forman así no sólo un conjunto de activos que, bajo este modelo, se hace accesible a los compradores dado su precio, sino que además presenta una alta revaloración, según las cifras revisadas por este diario.
Gómez aclara que “hemos invertido cuatro millones en la compra de seis residencias que ya disfrutan docenas de propietarios”. Vivla trabaja con fracciones que van desde el octavo hasta la mitad de la tasación. Cada porción da derecho a 42 días de uso de los que, en el caso de Baqueira, 17 están “asegurados en temporada de nieve”, garantiza el consejero delegado de la compañía.
Los copropietarios que no puedan usar seis semanas completas su residencia en la Vall d’Aran pueden recuperarlas en otros destinos, aclara la firma en su comunicación publicitaria.
La Vall d'Aran como ejemplo de la tensión inmobiliaria
Este enclave de los Pirineos es, precisamente, una muestra de la tensión inmobiliaria que sufre parte de España.
Según datos de Lantana –una inmobiliaria local referente— el precio medio de una vivienda en la Vall d’Aran supera los 700.000 euros. El promedio se eleva hasta los 1,1 millones a medida que la ubicación flirtea con las pistas de esquí. En cuanto al alquiler, una semana como la de año nuevo puede cobrarse a 7.000 euros. Los precios mensuales oscilan entre los 14.000 y los 18.000 euros.
La horquilla de precios en copropiedad parte de los 75.000 y alcanza su pico en los 175.000 euros por fracción.
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