Pharmamar: el mejor valor de la bolsa española por ROE

Pharmamar tiene la mayor rentabilidad ROE de la bolsa española, una ratio importante para restaurar la confianza de los inversores

Pharmamar acaba de firmar su año más negro en bolsa desde 2018. Sumida en una crisis de confianza, el goteo bajista deprimió a una compañía que en 2020 se revalorizó el 65 por ciento. Aún así, la farmacéutica es el mejor valor del mercado en rentabilidad financiera (ROE).

Mientras que los inversores se centran normalmente en los retornos de la acción y las proyecciones del negocio a futuro, los analistas suelen emplear otras métricas para evaluar la rentabilidad financiera de las compañías. La rentabilidad bursátil y la financiera son dos conceptos distintos.

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La ratios más empleada para medir la rentabilidad financiera es el ROE o rentabilidad sobre los recursos propios. La utilidad de esta tasa es que va más allá de la cifra de beneficio pura y dura, al relacionar las ganancias con los recursos que la compañía ha tenido que movilizar para obtenerlas.

El ROE se define como el cociente entre el beneficio neto y los fondos propios. Cuanto más elevado sea, significa que la compañía es capaz de generar beneficios con menores recursos que el resto de compañías.

También es una forma de saber en qué medida las empresas son capaces de crear valor para sus accionistas.

Pharmamar, líder en rentabilidad

De acuerdo con los datos del consenso de analistas de finanzas.com, Pharmamar descuenta una rentabilidad ROE para 2022 del 32 por ciento.

Con este porcentaje supera a Cie Automotive (31,09 por ciento) y a Laboratorios Rovi (29,64 por ciento). Además, marca distancias con un peso pesado como es Inditex (24,7 por ciento).

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Igualmente, deja muy atrás a otras comparables del sector farmacéutico. Por ejemplo, Grifols, que tiene un ROE del 11,91 por ciento, o Almirall (4,57 por ciento).

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La comparativa entre tasas permite ver por qué los analistas financieros analizan con detenimiento esta variable para construir sus carteras.

Por cada euro invertido en su propio negocio, Pharmamar genera una rentabilidad del 32 por ciento, mientras que Grifols solo alcanza el 11 por ciento y Almirall no llega ni al 5 por ciento.

Para la biofarmacéutica gallega es importante, en la medida en que durante los últimos años ha descontado un ROE negativo.

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A la sombra de Aplidin

El salto positivo se dio poco antes de la pandemia, cuando el grupo comenzó a acelerar sus beneficios por acción. Y de hecho, terminó 2020 con unas ganancias de 131 millones, gracias a las royalties de Zepzelca en los Estados Unidos.

La subida de los beneficios, que a la postre es el factor que impulsa la rentabilidad ROE, ponen en valor los resultados de Pharmamar. Que van por el buen camino es algo que el mercado no se cuestiona.

El problema que lastró al valor en bolsa son las altas expectativas que generó Aplidin como tratamiento para el coronavirus, y el retraso del horizonte de comercialización hasta mayo de 2022, según adelantó finanzas.com.

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Aunque Pharmamar es un valor dominado por las noticias, lucir una rentabilidad ROE positiva es un factor importante a la hora de atraer inversores, especialmente si son extranjeros.

Como mínimo, el ROE tiene que ser positivo y superior al coste de oportunidad o rentabilidad que se puede obtener con otras inversiones alternativas.

Potencial alcista del 60%

Las expectativas de rentabilidad que descuenta Pharmamar están a la altura del potencial alcista del 60 por ciento que calcula el consenso de analistas.

Para mejorar su aspecto bursátil y entrar en un rango lateral, la biofarmacéutica gallega necesita un rebote del 15 por ciento, hasta conquistar la resistencia de los 63 euros.

De momento, ha conseguido marcar un cierre semanal por encima de los 56,6 euros. En opinión de Diego Morín, este requisito es importante para desplegar el ataque a los 60 euros.

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Pero el futuro del rebote dependerá de las noticias que vayan trascendiendo sobre Aplidin, que tiene una nueva oportunidad tras la explosión de contagios por la variante ómicron.

El perfil de los pacientes sometidos al ensayo final es muy específico. Se trata de enfermos con una afectación moderada que hayan necesitado el ingreso hospitalario, pero sin necesidad de entrar en las unidades de cuidados intensivos.

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