Las dudas nublan a Solaria

Solaria arranca el año sumida en la volatilidad y con muchas dudas sobre la ejecución futura de su capacidad instalada

Solaria comenzó el año instalada en la montaña rusa y marcando una dura caída de doble dígito este viernes, después de que los analistas de Goldman Sachs retirasen su recomendación de comprar el valor y la rebajasen hasta neutral.

El mejor valor del IBEX 35 el año pasado había comenzado el 2021 como un cohete, pero los economistas del banco estadounidense frenaron la euforia tras estimar que el rally alcista de la compañía de energías renovables ya ha ido demasiado lejos.

De hecho, los actuales niveles de la cotización, en torno a los 26 euros, no parecen sostenibles, a juzgar por las proyecciones del consenso de analistas de Bloomberg. Estos expertos calculan un precio objetivo a doce meses de 19,08 euros, lo que implica un potencial bajista del 26%.

A finales del año pasado, Solaria logró conquistar a Goldman Sachs, lo que se tradujo en un reinicio de cobertura y una opinión muy favorable respecto a la media del sector. Ahora, el consejo de comprar ya no se sostiene tras subir el valor un 64% desde esa recomendación.

Unas guías que son difíciles de cumplir

En su escenario base, los analistas del banco estadounidense calculan que las acciones de Solaria a doce meses deberían valer 25,5 euros, lo que ya queda por debajo de los precios actuales.

Es cierto que el mercado nacional en el que se mueve Solaria está en auge, pero los analistas calculan que la empresa irá perdiendo cuota progresivamente, para pasar del 30% actual al 20% que estiman para la segunda mitad de la década y al 15% en 2030.

No obstante, el problema que encuentran los expertos son las guías de Solaria. En concreto, la compañía espera alcanzar una capacidad instalada en 2025 de 6,2 gigavatios, lo que en Goldman Sachs no ven posible en estos plazos.

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Así, consideran que llegarán a esta meta con un año de retraso, en 2026, lo que supondrá unas adicciones de capacidad anuales de 1.000 megavatios. Pero como prevén que el grupo tendrá menos cuota de mercado, hablan de falta de visibilidad a largo plazo, tras rebajar las nuevas incorporaciones hasta los 700 megavatios.

El riesgo de ejecución pesa

Lo que observan los analistas de Goldman tampoco es ninguna novedad. Por ejemplo, los expertos de Intermoney Valores ya apuntaron recientemente que el mercado está descontando una ejecución perfecta de las guías de Solaria, “sin tener en cuenta su historial de retrasos”.

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Aunque las perspectivas “son buenas”, apuntan, sus estimaciones solo tienen en cuenta la puesta en marcha de 4,3 gigavatios. Además, habría que tener en cuenta otros riesgos potenciales, como factores regulatorios, de precios o de permisos.

En la misma línea, los analistas de Renta 4 Banco dicen que los principales catalizadores en Solaria vienen del cumplimiento de su plan de negocio en cuanto a megavatios instalados y en funcionamiento, pero prefieren ser cautos y tienen una nota de ‘infraponderar’.

De hecho, hasta 2023 solo tienen en cuenta objetivos que suponen 3,25 gigavatios, aproximadamente la mitad de la capacidad que debería tener instalada en 2025.

Replicar el éxito de España en el Mediterráneo

En su escenario alcista, los analistas de Goldman Sachs calculan un precio objetivo para las acciones de Solaria de 32 euros.

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Pero para llegar a este punto, la compañía tendría que repetir la historia de éxito en España a lo largo de todo el Mediterráneo, en países como Italia, Grecia o Portugal, o bien en los Estados Unidos.

Respecto a las principales magnitudes que presentará la compañía, en Goldman Sachs calculan que el beneficio neto en 2020 alcanzará los 52 millones de euros, lo que supondrá un incremento del 68% respecto al año anterior.

Además, el beneficio neto será de 34 millones de euros, el 42% más, mientras que el beneficio por acción crecerá el 42%, hasta los 0,27 euros por título.

Posibles operaciones corporativas en el horizonte

En su valoración, los analistas del banco estadounidense también consideran una posible operación corporativa  que podría afectar a Solaria. Cualquier empresa potencialmente interesada, probablemente podría aportar “mayor estabilidad financiera al balance”, apuntan.

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Esta es una posibilidad que también barajan otras casas de análisis. Por ejemplo, en Renta 4 Banco creen que la cartera de Solaria “puede atraer el interés corporativo” en un momento en el que las inversiones en energías renovables están en plena ebullición.

La estructura accionarial de la compañía controlada por la familia Díaz-Tejeiro, facilitaría una eventual venta, aunque “la valoración actual sería un impedimento”, recalcan en el bróker madrileño.

Una de las últimas compras cerradas en el sector español fue la compra de T-Solar, por la que Cubico pagó 1.500 millones de euros.

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