Unos rumanos vendieron a sus hijas por dinero, alcohol, y ganado

Un primer pago de 3.500 euros y un segundo que incluía 100 botellas de whisky, dos ovejas y un cerdo.[…]

Un primer pago de 3.500 euros y un segundo que incluía 100 botellas de whisky, dos ovejas y un cerdo. Estas eran las condiciones de pago acordadas por los padres de una menor de 15 años de Almuñécar (Granada) que había sido vendida a otro clan rumano asentado en Asturias para que se casara con un adolescente de 16 años. Un caso destapado por los Servicios Sociales de la localidad y la Guardia Civil que ha puesto de relieve un entramado que se extiende del sur al norte de España y que ha evitado que otra menor de 13 años, prima de la primera víctima, corriera la misma suerte.

Según confirmaron a ABC fuentes judiciales, los padres de las chicas están en libertad con cargos tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Almuñécar, después de ser arrestados por los delitos de trata de seres humanos, coacciones y amenazas. Las dos víctimas se encuentran en un centro de menores desde el día que relataron su calvario.

La investigación comenzó gracias a la colaboración ciudadana. Una persona contactó con los Servicios Sociales del municipio tras llegarle rumores de que dos menores que conocía podían estar siendo objeto de este tipo de prácticas. Personal de este departamento municipal entraron en contacto con las chicas y, tras entrevistarse con ellas, descubrieron que estaban ante una situación límite, ya que supuestamente habían sido vendidas para que se casaran con miembros de otros clanes. Después de aconsejar a las chicas, pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, donde las chicas reiteraron su primera versión y ofrecieron un relato sólido de su situación. La investigación se precipitó el pasado 7 de marzo durante una jornada frenética.

Mediados de mayo

La mayor de las menores, de 15 años, contó que a mediados de mayo debía casarse con un adolescente rumano de 16 años residente en Asturias después de que sus padres la vendieran a sus futuros suegros por 3.500 euros y una dote que consistía en 100 botellas de whisky, dos ovejas y un cerdo. La familia del novio, además, debía hacerse cargo del pago del vestido de novia ?que iba a realizar una modista en Rumanía?, y abonar el local, el menú y la banda del día de la boda, que se iba a desplazar desde ese país.

María ?nombre ficticio? relató a los investigadores que su futuro esposo y sus padres tenían previsto desplazarse a Almuñécar a mediados de este mes para llevársela con ellos a Asturias hasta el día del enlace. El mes pasado, ella y sus progenitores se trasladaron allí para una primera cita.

La vida que le deparaba después de la ceremonia no era nada halagüeña, explicó la menor, que contó cómo su madre había estado meses aleccionándola en tareas del hogar para «ser una buena esposa». Para recibir estas enseñanzas, no regresó al instituto después de un viaje a Rumanía.

Aunque su futuro inmediato era mucho más turbio. Según le habían advertido, una vez casada, debía buscar un trabajo o mendigar para devolver los 3.500 euros recibidos por sus padres y pagar una casa para la pareja. De no hacerlo, se podría considerar una deshonra y podría acarrearle violentas consecuencias.

En la misma situación se encontraba su prima Elena ?nombre ficticio, cuyos padres también han sido detenidos. Aunque en su caso aún no se habían concretado los términos de la venta a otro clan, ya había sido advertida por su progenitor y un tío de que cuando cumpliese los 15 sería entregada a un joven al que había visto por primera vez hacía un mes en una boda. El clan de este chico también está afincado en Asturias.

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«De buena familia»

Las menores aclararon que el matrimonio concertado previo pago era conocido por los hermanos y otros familiares de ambas, quienes, a pesar de decirles que no querían casarse, apoyaban su venta alegando que su futuro esposo era de una buena familia.

La declaración de las dos chicas reveló a los agentes que estaban ante una práctica que podía ser generalizada y que es difícilmente detectable debido a las coacciones que sufren las víctimas y el carácter herméticos de estos clanes. De sus palabras se deducía un entramado de compraventa de niñas ?que disimulan en costumbres y tradiciones de carácter étnico? que posibilita a la Guardia Civil abrir nuevas líneas de investigación.

María contó que en su entorno familiar tenía pruebas de esta realidad. Una de sus hermanas se casó obligada en las mismas circunstancias; mientras que en el matrimonio de la otra, quien pagó fue su madre, ya que fue ella quien eligió al novio. Aunque la información más inquietante aportada por esta víctima develaba que otra prima suya residente en Asturias y de 12 años de edad presuntamente va a ser obligada a casarse en mayo.

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