Una escuela sueca cancela un plan que quería separar las clases por sexo

Una escuela sueca se ha visto obligada a poner fin al experimento de separar a los alumnos por sexo ante[…]

Una escuela sueca se ha visto obligada a poner fin al experimento de separar a los alumnos por sexo ante las críticas de los estudiantes y de los padres, la atención que la noticia ha provocado en medios internacionales y el miedo a que la dirección del colegio fuera acusada de discriminación sexual.

Al volver de las vacaciones de Navidad, los estudiantes de noveno curso, que tienen entre quince y dieciseis años, de Adolfberg School en Orebro se encontraron con la sorpresa de que las clases habían dejado de ser mixtas. Los padres recibieron una carta en la que se les informaba que, durante las próximas seis semanas, «las clases serían solo de chicas o de chicos» para todas las asignaturas, excepto para ciencias, según publicó el diario local Nerikes Allehande. Para la directora del colegio, Anneli Widestrand, se trataba de una prueba con la idea de reforzar el desarrollo del conocimiento de los alumnos. «El objetivo es probar nuevas formas de acceder a los estudiantes. Es una buena manera de romper los moldes para llegar a ellos», explicaba Widestrand quien afirmaba que, por su experiencia de muchos años como profesora, «las chicas no se atreven a hablar o a

romper modos de conducta negativos
cuando están con chicos en las clases».

A pesar de las buenas intenciones de la directora, los alumnos y los padres no se sintieron convencidos y la noticia llegó incluso a la prensa británica donde el «Daily Telegraph» entrevistó a una de las estudiantes. «No me gustaría ir a una escuela solo de chicas e, incluso si quisiera, no podría porque cerraron en 1974 cuando se dieron cuenta de que no era normal separar chicas y chicos», decía Beata Ejdeholt para quien la separación por sexo era, además, un problema para niños transexuales que no sabrían qué clase les correspondería. También el padre de Beata, Anders, un arquitecto, criticó la medida y la calificó de anticuada.

Al final, se ha puesto fin al proyecto a la semana de iniciarse. La directora no quiere recibir un tirón de orejas de las autoridades y cree que se han malinterpretado los objetivos reales, pues no se trataba de discriminar sino de reforzar algunos aspectos emocionales de los alumnos.

Suecia cerró sus escuelas diferenciadas en 1974. Desde entonces, solo funcionan escuelas mixtas e incluso el Skolinspektionen, el organismo que vigila que se cumplan las normas educativas en el país, fue duramente criticado el pasado año cuando permitió que un colegio islámico separara a los niños por sexo en las clases de gimnasia. Una polémica que llevó al ministro de Educación, Gustav Fridolin, a prometer que se pondrían en marcha nuevas leyes para prevenir la segregación.

El debate sobre la educación diferenciada existe en otros países del mundo, donde sus defensores argumentan que ofrece ventajas académicas, mientras que sus detractores consideran que los estudiantes tienen más problemas para socializar y enfrentarse con situaciones de la vida real. Pero en Suecia, ni los alumnos, ni los padres, ni los medios de comunicación parecen dispuestos a ceder cuando se trata de igualdad de género.

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