Merkel busca socio de gobierno

La canciller alemana, Angela Merkel, camina segura hacia la victoria en las próximas elecciones generales. Pero los comicios del 24[…]

La canciller alemana, Angela Merkel, camina segura hacia la victoria en las próximas elecciones generales. Pero los comicios del 24 de septiembre en Alemania son mucho más que eso. El reparto de escaños entre el resto de formaciones determinará quién o quiénes podrán ser los socios de coalición de la líder conservadora, pero también la política europea de Berlín y la influencia de la ultraderecha en política alemana.

Los distintos sondeos publicados de los últimos días coinciden en tres cosas: Primero, en dar la victoria de forma holgada a la canciller. El bloque conservador de Merkel, la Unión Cristianodemócrata y su socia bávara la Unión Socialcristiana (CDU/CSU) obtendrían según todos los pronósticos entre un 36 y un 38% de los votos. «La carrera a la cancillería está cerrada», asegura Oskar Niedermayer, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

El segundo gran consenso de las encuestas es que el Partido Socialdemócrata (SPD), pese a haber optado como candidato por el expresidente del Parlamento Europeo Martin Schulz, no consigue levantar cabeza. Con entre un 20 y un 23% de los sufragios, los socialdemócratas parecen sentenciados, como mucho, a repetir su peor resultado en unas elecciones generales, el cosechado hace ocho años.

La tercera revelación de las encuestas es la que abre más interrogantes. La que mantiene la carrera en el fondo abierta. Porque algunos expertos han llegado a asegurar que el tercer puesto es el nuevo primero. Niedermayer asegura que «la pregunta interesante es quién va a ocupar el tercer puesto, porque va a ser clave para el gobierno». Uno punto porcentual entre uno y otro puede decidir qué coaliciones logran una mayoría y cuáles resultan insignificantes. Según los últimos sondeos, los otros cuatro partidos políticos con opciones reales de acceder al Bundestag están en un puñado de votos. Según la mayoría de estudios, La Izquierda, Los Verdes, el Partido Liberal (FDP) y los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) se encuentran en una horquilla de entre el 7 y el 12%.

Publicidad

Paul Nolte, experto en Historia Actual del Instituto Freidrich Meinecke, apunta que en Alemania se está estableciendo una constelación de partidos de «2 4», con los dos principales y los cuatro menores. Entre estos segundos distingue, por un lado, a los «centrales» y «decisivos», que son Los Verdes y el FDP; y, de otro, a La Izquierda y AfD, los partidos que califica de «extremos».

Calculadora en mano

Calculadora en mano, Berlín está lleno de cábalas, rumores y propuestas. Se especula con una reedición de la actual gran coalición, aunque conllevaría un serio desgaste para el SPD y para el sistema en general, porque reduce a la insignificancia a la oposición. También se habla de la posibilidad de que a los conservadores les baste con juntarse con los liberales, su aliado natural, o con Los Verdes, que han moderado su discurso en los últimos años. O incluso que, por primera vez en la historia reciente alemana, haga falta formar un tripartito a nivel federal con Los Verdes, el FDP y la CDU/CSU o el SPD. A la primera de estas dos opciones, por los colores con los que se representa tradicionalmente a los partidos, se le llama coalición Jamaica, por la bandera de ese país. A la otra, se le denomina coalición semáforo.

«La formación de gobierno podría ser más interesante que las elecciones en sí», destaca Niedermayer. Pese a lo exótico de algunas de las combinaciones que se baraja, ninguna es impensable. La espina dorsal de los programas cristianodemócrata y socialdemócrata es idéntica, con la economía social de mercado, el libre comercio y el europeísmo como pilares fundamentales. Las inclusión de propuestas del FDP y Los Verdes, si bien matizarían algunos puntos y enfatizarían otros, no supondrían grandes choques ideológicos. Aunque tampoco resultarán sencillas. Las últimas negociaciones rondaron los tres meses.

Los partidos, sin embargo, dicen poco al respecto. Algo que oscila entre el pragmatismo germano y el tacticismo más electoralista. Merkel aseguró recientemente que nunca formaría una coalición de gobierno con AfD o con La Izquierda. Pero dejó la puerta abierta a cualquier otra posibilidad bicolor o tricolor. Martin Schulz, el candidato de los socialdemócratas, sólo ha descartado a los ultraderechistas. El líder de los liberales, Christian Lindner, aseguró que para una coalición Jamaica le falta «por el momento fantasía» en una entrevista en la revista 'Focus'.

Los favoritos

Los votantes lo tienen más claro. Una encuesta realizada a finales de agosto indicaba que la combinación favorita de los alemanes era la de los conservadores y los liberales, respaldada por algo más del 28% de los encuestados. La siguiente con más apoyos era la conformada por el SPD, Los Verdes y La Izquierda, con cerca de un 17% de apoyo, aunque esta alianza no ha sumado una mayoría desde hace meses. Por su parte, una gran coalición la respaldaría en torno a un 9% de la población. La suma de la CDU/CSU con Los Verdes sumaría casi un 5% de apoyos, mientras que la de un tripartido de conservadores, verdes y liberales (Jamaica) tan sólo tendría la aprobación de un 4%.

AfD, independientemente de su resultado en las urnas, no va a acceder el gobierno. Con sus mensajes xenófobos, nacionalistas y euroescépticos son unos apestados en el panorama político alemán. No obstante, cosecharían un gran éxito si, como pronostican algunas encuestas, el domingo de la semana que viene quedan en tercera posición. Nunca antes en la República federal un partido ultraderechista ha entrado en el Bundestag. Ahora entrarían a lo grande. Y en el caso de que se formase una gran coalición, se convertirían en primera fuerza de la oposición. Esto significaría que optarían a puestos clave en el parlamento y darían la primera réplica en los debates a Merkel. El experto en la ultraderecha alemana Hajo Funke, del Instituto Otto Suhr para la Ciencia Política, cree que la llegada al Bundestag de AfD es un «reto para la democracia» y advierte de que la mitad de sus futuros diputados son radicales de derechas. No obstante, considera que la democracia alemana es lo suficientemente estable para soportarlo.

En portada

Noticias de