La ola de frío provoca que el precio del calabacín se dispare un 200%

El precio de las hortalizas se ha disparado en las últimas semanas hasta triplicar su precio en origen, importe que[…]

El precio de las hortalizas se ha disparado en las últimas semanas hasta triplicar su precio en origen, importe que a su vez ha llegado multiplicado a fruterías, mercados y grandes superficies comerciales, debido a intermediarios, distribuidores y márgenes comerciales. La explicación más sencilla, pero no la única, es que se debe a la intensa ola de frío que ha azotado a toda Europa y a buena parte de España, en especial el Levante. Se calcula que en el Viejo Continente la producción de hortalizas se ha reducido en un 60%, según datos de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex).

«Parece que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, pero nadie recuerda ya que a estos fríos hay que sumarles la sequía de los meses de septiembre y octubre y las fuertes lluvias que azotaron el Levante español en diciembre», aseguran desde el sector productor. De este modo, el punto de partida ha sido una cosecha menor a la de otras campañas.

Según el responsable nacional de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, la producción hortícola de diciembre fue ya un 18% menor respecto al mismo mes de 2015. Y en enero ?indica? las mermas en calabacín y berenjena «superan el 50% y las de tomate están en torno al 40%». Estas pérdidas no han sido mayores gracias a que los invernaderos «han permitido que no se malograse toda la cosecha». Asegura que si hace un año un productor estaba cogiendo media 2.000 kilos de calabacín a la semana, «ahora únicamente obtiene 500 kilos».

Los principales productos afectados son las hortalizas producidas principalmente en Murcia, el sur de la Comunidad Valenciana y Almería, quedando afortunadamente el resto de la comunidad andaluza bastante indemne, afirma Góngora. El temporal se ha cebado con las producciones de calabacín, berenjena, tomate, pimiento, puerro, judía verde, alcachofa, lechuga, escarola, coliflor y brócoli.

Por su parte, el presidente de Asaja-Almería y de la sectorial nacional de hortalizas, Francisco Vargas, asegura que la mala situación climática ha provocado un problema muy agudo de oferta y demanda, no solo en España, sino en otros países como Grecia, Italia o Turquía que exporta un 10% de su producción a la UE, y que han visto muy castigadas sus cosechas.

Un 75% menos de producción

La situación se ha recrudecido, a su juicio, en las últimas dos semanas y eleva la merma de las producciones de tomate y pimiento al 50%, y la de calabacín y berenjena al 75%. «En estos últimos productos estamos recolectando actualmente cien gramos por planta y semana, cuando lo normal en estas fechas hubiese sido más de un kilo, es decir, diez veces más». Vargas afirma que desde la polinización hasta la recolección transcurren cuatro semanas y ahora el tiempo de espera es de ocho. No es de extrañar que los precios se hayan triplicado en las dos últimas semanas (ver gráfico adjunto).

En cuanto a la lechuga y los distintos tipos de coles, aunque los daños son cuantiosos, los malos resultados no se han visualizado tanto respecto a otros productos, debido a unos precios más estable gracias a relaciones contractuales más consolidadas, asegura el director de Fepex, José María Pozancos.

La subida para el consumidor final es innegable. Los encargados de fruterías y comercios también han visto cómo los precios a los que adquieren la verdura en los mercados centrales de abastos se han elevado exponencialmente y tienen que trasladarlo a sus clientes. Uno de los propietarios de la cadena de fruterías El Abuelo Pedro, con seis establecimientos en Madrid, asegura que el pasado martes pagó por el kilo de calabacín 3,75 euros en Mercamadrid, y tres días después, más de cuatro euros. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el tomate en rama, que vale 2,30 euros, cuando lo normal es pagar 1,20 euros el kilo; al igual que la lechuga, que ha duplicado su precio. «Nosotros preferimos claramente vender más cantidad a menor precio», añade.

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Por el contrario, en las grandes superficies comerciales e hipermercados no ocurre igual que en los pequeños comercios, ya que sus precios no están tan correlacionados con los de origen y son más estables, porque ?según Vargas? se parte de mayores márgenes de beneficio. Además, a veces es engañoso porque el importe no viene reflejado en kilos, sino por pieza o envasado en bandejas, confirma.

Sobre los supermercados e hipermercados, Góngora denuncia que cuando ocurre a la inversa y los precios en origen están baratos, las grandes superficies comerciales apenas trasladan esos decrecimientos a sus estanterías.

Finalmente, desde la organización UPA se muestran tajantes: «Los agricultores no se están forrando con la subida de las hortalizas. ¿De qué nos sirve que las berenjenas estén caras si no tenemos berenjenas para vender?».

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