La nueva vida de los tres jueces tras la polémica sentencia

Durante los dos últimos años, los medios de comunicación han venido narrando cómo ha afectado a los sanfermines los hechos[…]

Durante los dos últimos años, los medios de comunicación han venido narrando cómo ha afectado a los sanfermines los hechos que protagonizó La Manada el 7 de julio de 2016. La salida de prisión, ayer, de los cinco encausados y su condena provisional por un delito de abuso sexual y no de agresión sexual sin duda marcarán la fiesta pamplonica que comenzará en menos de dos semanas. La capital navarra será un antes y un después de La Manada.

También la vida de tres de sus ciudadanos. Los tres magistrados de la Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra han visto cambiadas sus vidas en estos dos años y, sobre todo, desde que dictaron sentencia el pasado 26 de abril.

Desde aquel día, su día a día ya no es la misma. Vista las reacciones a aquel polémico fallo, algunas con cierta violencia, el Gobierno de Navarra optó por incrementar las medidas de seguridad. Desde el 30 de abril, los tres magistrados cuentan con escoltas.

Esta situación no es nueva para ellos. Los tres jueces ya contaron con medidas de seguridad similares desde que ETA asesinó al juez Lidón en 2001. De hecho, la juez Raquel Fernandino Nosti, que trabajó en Pamplona, donde todos los jueces contaron con escolta desde el asesinato de ese magistrado, pidió el traslado en 2002 y fue destinada a Madrid. No regresó a Navarra hasta el año 2015 y se incorporó a la Sala Segunda de la Audiencia de Navarra.

Sin barba

También hay que decir que Fernandino no se ha dejado amedrentar por su nueva situación de seguridad y ha sido la magistrada quien ha cambiado su percepción sobre los encausados de La Manada. Su voto favorable a la excarcelación, jurídicamente razonada, permitió que ayer salieran de la prisión.

La convivencia con los escoltas no es el único cambio que han vivido los tres magistrados de la Sala Segunda. El juez Ricardo González, el autor del polémico voto particular en la sentencia de abril, pidió entonces la absolución de los cinco acusados y su puesta en libertad. Ahora se ha desprendido de una barba que le acompañaba desde hacía años. Su imagen es bien distinta a la que lució durante el juicio. Su característica y poblada barba ha desaparecido.

Eso sí, ninguno de los tres magistrados han cambiado sus costumbres y siguen fieles, en lo que pueden, a sus hábitos, los mismos que llevaban hasta que les correspondió juzgar los sucesos de la primera noche de los sanfermines de 2016.

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Los tres magistrados no son los únicos que han requerido seguridad a raíz de la sentencia de La Manada. El abogado de cuatro de los cinco encausados, Agustín Martínez Becerra, presentó un equipo de seguridad cuando acudió a la vistilla que se celebró el pasado lunes y en la que se dilucidó la puesta en libertad de los integrantes de La Manada.

Escolta en Navarra

El abogado defensor lleva dos escoltas solo mientras permanece en Navarra. Cuando el letrado de cuatro de los cinco encausados accede a la Comunidad foral, dos personas le acompañan en todo momento. Una vez que abandona la región, los escoltas concluyen su labor.

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Quizá tras la salida de tres de los miembros de La Manada de la cárcel de Pamplona y su regreso a Sevilla, la tensión que ha se ha vivido en los últimos meses en Pamplona se disipe. Se anuncian ya manifestaciones previas a San Fermín, aunque los vecinos pamplonicas confían en que tranquilidad y el disfrute de las que muchos consideran las mejores fiestas del mundo vuelvan a su cauce.

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