La guardería de los Jardines de Murillo, cerrada desde febrero

Los padres de la escuela infantil María Inmaculada llevan tres semanas sin poder llevar a sus hijos con normalidad al[…]

Los padres de la escuela infantil María Inmaculada llevan tres semanas sin poder llevar a sus hijos con normalidad al centro, tras la decisión del Ayuntamiento de clausurar de manera indefinida algunos parques de la ciudad por encontrarse en situación de peligro.

La guardería, enclavada en el núcleo de los Jardines de Murillo, permanece cerrada desde el pasado 27 de febrero a excepción de dos días en los que se avisó a primera hora de la mañana a los padres de la apertura del centro, para después avisarles que el temporal había cambiado y que debían recogerlos a la mayor brevedad.

«Nos acaba de informar el Cecop que tenemos que desalojar el centro a la mayor brevedad por un aviso de viento. Les rogamos sean rápidos. Gracias». Este mensaje llegó a los padres el pasado viernes 9 de marzo a media mañana instándoles a que fueran a por sus hijos, con los inconvenientes que puede acarrear a quienes estaban en su puesto de trabajo o lejos de las instalaciones docentes.

El personal educativo acude a diario a las instalaciones a la espera de que Parques y Jardines o el Cecop le autoricen la entrada al centro. Es en ese momento cuando se avisa vía SMS a los familiares sobre la actividad que tendrá ese día el centro.

La dirección del centro ?propiedad de la Junta? reconoce no tener «potestad» de actuación y que la apertura de la guardería va asociada a la de los Jardines. Por ello, los padres reclaman a los servicios municipales una solución en forma de un centro auxiliar que puedan utilizar cuando se produzcan estas inclemencias o habilitar una entrada segura en las instalaciones.

Algunos padres argumentan que el «descontrol» existente y la «inestabilidad» de horarios les obligan a faltar a su jornada de trabajo perdiendo en determinados casos hasta 800 euros de su salario. Sin tener conocimientos de los días de apertura o cierre del parque, los familiares se ven obligados a buscar alternativas inmediatas para realojar a sus hijos. «Nos acostamos casi todas las noches sin saber a dónde llevaremos a los niños al día siguiente», reconoce uno de los progenitores.

La directora del centro, Ana Pérez, afirma tener un contacto frecuente con los servicios municipales encargados del cierre de este parque, quienes dan cuenta a diario del estado de los Jardines y les informan del protocolo a seguir en cada jornada.

Durante el pasado mes de febrero, María José del Rey, presidenta de la asociación de vecinos del barrio de Santa Cruz, reclamó al Ayuntamiento «la poda y un mayor cuidado de los Jardines de Murillo, muy frecuentado por residentes del Centro y por turistas».

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