Kim Jong-un: «El misil sobre Japón es el primer paso de una operación militar en el Pacífico»
El misil de Corea del Norte que sobrevoló el pasado martes Japón es solo «el primer paso» de las operaciones[…]
El misil de Corea del Norte que sobrevoló el pasado martes Japón es solo «el primer paso» de las operaciones militares que el régimen estalinista de Pyongyang planea sobre el Océano Pacífico. En un comunicado difundido este miércoles por la agencia de noticias norcoreana KCNA, así lo ha asegurado el joven dictador Kim Jong-un, quien ha amenazado con llevar a cabo más ensayos balísticos de este tipo.
Además de confirmar el lanzamiento de este último misil, un Hwasong-12 de rango intermedio, Kim Jong-un lo ha justificado como respuesta a las maniobras militares que, como todos los veranos, llevan a cabo Estados Unidos y Corea del Sur, que considera un simulacro de invasión. «Es necesario impulsar el trabajo para modernizar nuestras fuerzas estratégicas llevando a cabo más ensayos de misiles balísticos con el Pacífico como objetivo en el futuro», señaló el caudillo norcoreano, quien presenció el lanzamiento del proyectil cerca de la capital. Elevando su retórica belicista, anunció que el misil sobre Japón es «el primer paso de una operación militar del Ejército Popular de Corea en el Pacífico y un significativo preludio para contener a Guam», dijo refiriéndose a la isla estadounidense donde el Pentágono tiene una de sus principales bases.
A mediados de este mes, Pyongyang se quedó con las ganas de disparar, como había anunciado, cuatro misiles en dirección a dicha isla, a 3.000 kilómetros y donde viven unas 160.000 personas. Finalmente no lo hizo por las amenazas del presidente Trump, quien respondió con la misma belicosidad de «furia y fuego» que suele utilizar Kim Jong-un. Pero Corea del Norte ha vuelto a retomar su desafío a la comunidad internacional con este nuevo misil sobre Japón y amenaza con más.
A una altura inusualmente baja, el cohete recorrió el martes por la mañana unos 2.700 kilómetros y atravesó la isla de Hokkaido, al norte del archipiélago nipón. Aunque el Gobierno japonés alertó a la población para que se escondiera en refugios y sótanos, el misil surcó los cielos sin causar daños y finalmente estalló en tres partes a 1.180 kilómetros al este de la costa, sobre el Océano Pacífico. Una provocación calificada de «amenaza grave y sin precedentes» por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, quien habló por teléfono con Trump para aumentar la presión internacional sobre Corea del Norte.
En una reunión de emergencia convocada por EE.UU., Japón y Corea del Sur, los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron por unanimidad este nuevo lanzamiento el martes por la noche (madrugada del miércoles en España). Además de criticar las «acciones indignantes» del régimen de Kim Jong-un, denunciaron que suponen «una amenaza no solo para la región, sino para todos los miembros de las Naciones Unidas». Una vez más, el Consejo volvió a exigir a Corea del Norte que no lleve a cabo ensayos balísticos ni nucleares y cumpla con las resoluciones en su contra. Pero no acordó nuevas sanciones porque ya le impuso otras a principios de este mes por probar en julio dos misiles intercontinentales, que en teoría son capaces de golpear a EE.UU. y podrían portar una cabeza nuclear en el futuro. Lejos de rebajar la tensión, Kim Jong-un vuelve a elevar su desafío.