Febrero pasa factura al mercado de materias primas

Tras un enero sólido, la mayoría de las materias primas retrocedieron posiciones en febrero, como consecuencia de acontecimientos aislados en los diferentes sectores.

Tras un enero sólido, la mayoría de las materias primas retrocedieron posiciones en febrero, como consecuencia de acontecimientos aislados en los diferentes sectores, pero también debido a algunos acontecimientos a nivel macroeconómico. Los hechos políticos también jugaron un papel importante. El dólar se enderezó y marcó el fin de una caída que duró dos meses, con un aumento del 3 % frente a un índice de las principales divisas y, por tanto, erosionó los precios de las materias primas debido a su relación adversa. Este aumento fue disparado por las compras continuas contra el yen, pero también por un euro más débil, a consecuencia de los resultados de las elecciones en Italia. La falta de un vencedor claro, desencadenó costes de financiación para España e Italia y reavivó preocupaciones en torno a una posible repetición de la crisis de deuda.

Por otra parte, China se mostró dispuesta a ajustar la liquidez como forma de detener el aumento incontrolable del precio de las propiedades, lo que finalmente podría generar más inflación y, al mismo tiempo, ralentizaría la expansión de la actividad productiva con respecto a lo esperado. Esto le deja poco margen para maniobrar al gobierno de China, que está a punto de tomar el liderazgo a finales de este mes. En EE.UU. continúa el crecimiento a un ritmo moderado, después de que se generara cierto viento a favor, como consecuencia del aumento en los impuestos a comienzos del año, los precios elevados de la gasolina que corresponden a la temporada y los recortes automáticos en los gastos a partir del día 1 de marzo.

Las mejoras en el crecimiento, y una oferta importante, generaron primeramente un impacto sobre las materias primas blandas como el azúcar, el café Arábica y el cacao, antes de provocar también debilitamiento entre los cultivos más importantes, especialmente el maíz y el trigo. Tras este hecho, el debilitamiento y las ventas de los inversores afectaron también a los metales preciosos, que ya estaban en dificultades tras varios meses de debilidad, tanto así que el oro no había sufrido una pérdida mensual tan grave desde 1997. Finalmente, las materias primas que dependen del crecimiento, como los metales industriales y la energía, también corrigieron a la baja dado que las expectativas de crecimiento y demanda a futuro se habían adelantado demasiado con respecto a las variables económicas actuales y la realidad.

Ambos índices principales de materias primas registran pérdidas similares durante el mes de febrero a pesar de una enorme diferencia en la exposición subyacente. Las pérdidas se reflejaron en todos los sectores, incluyendo los subsectores de la agricultura, y en particular los metales preciosos e industriales fueron los que sufrieron las pérdidas más importantes.

Solo tres materias primas generaron una rentabilidad positiva durante el mes de febrero. El gas natural fue el más importante, dado que encontró soporte gracias a un clima más frío de lo habitual en EE.UU. y una demanda general más importante, que ayudó a aliviar el excedente en las existencias, de cara a la nueva temporada de inyección que comienza en pocas semanas. El algodón encontró soporte gracias a un incremento de la demanda de suministros de EE.UU., en un momento en que se espera que la producción caiga cuando los agricultores se dediquen a cultivos más rentables.

La plata fue la materia prima con peor rendimiento, con una pérdida del 10 %, al verse afectada por el debilitamiento general tanto de los metales preciosos como industriales. Como consecuencia, el coste relativo al oro llegara al nivel más bajo desde diciembre pasado. Notablemente, a diferencia del oro, no sufrió ninguna reducción en las posiciones mantenidas en los productos negociados en bolsa (ETPs, por sus siglas en inglés). De hecho, el flujo neto hacia los ETPs ha sido positivo durante los pasados cuatro meses, al continuar el crecimiento global esperado, atrayendo nuevos inversores que tienen la mira puesta en la plata como inversión en el largo plazo.

Febrero fue otro mes de prueba para el oro, ya que su precio cayó por quinto mes consecutivo. Dicha sucesión de hechos negativos no se había registrado desde 1997. Los inversores de divisas han estado reduciendo su exposición larga neta durante meses y recientemente vimos cómo una parte pequeña importante de esta cifra aumentó, alcanzando su nivel más alto desde 1999 (momento en el que los bancos centrales europeos estaban muy ocupados vendiendo el oro de sus reservas).

A pesar de algunas palabras reconfortantes pronunciadas por Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de EE.UU., acerca de que continuará la flexibilización cuantitativa, el oro no logró superar el nivel de resistencia que actualmente está en 1.620 dólares/oz. Esta debilidad continua está siendo manejada ahora por inversores en ETPs, que están reduciendo su exposición al oro. Hasta hace poco, este sector de inversores había demostrado una gran capacidad de recuperación y continuaban comprando a pesar de la falta de competitividad en los precios. Esto cambió durante la segunda mitad de febrero y llevó a una reducción de casi 110 toneladas métricas en el total de participaciones: según Bloomberg, se trata de la mayor reducción mensual registrada en la historia relativamente corta de los ETPs.

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Hasta ahora, el oro no ha podido responder a la combinación entre el dólar, que sube, y los sólidos datos económicos de EE.UU., lo que aumenta el riesgo de que los niveles de soporte clave en 1.555 dólares/oz y 1.525 dólares/oz se pongan nuevamente a prueba. Tal como se mencionó anteriormente, la economía de EE.UU. crece a un ritmo estable. Sin embargo, varios factores como el aumento de los impuestos a comienzos del año, un periodo en el que los precios de la gasolina alcanzan niveles máximos de temporada y recortes adicionales en los gastos a partir del 1º de marzo, podrían finalmente generar una situación ventajosa para la economía y devolverle cierto soporte al oro. Las elecciones en Italia también conllevan el riesgo de reavivar el centro de atención en el riesgo político y la crisis de deuda de Europa, y podrían poner a prueba la resolución del Banco Central Europeo. Al aumentar las posiciones especulativas cortas, podría surgir un impulsor importante a partir de las compras de cobertura, si el mercado finalmente encontrara un catalizador que lograra elevar el precio del oro y la plata.

El crudo baja al alinearse las previsiones con las variables económicas del momento. Ambos crudos continuaron retrocediendo con respecto a sus ganancias de enero, y el WTI cayó a su nivel más bajo en lo que va del año, mientras los niveles de producción y existencias siguen aumentando. El crudo Brent, punto de referencia a nivel mundial, ha comenzado a reajustar las expectativas a futuro de precios más altos debido a un aumento esperado en el crecimiento, con las variables económicas del momento. El índice de Gestores de Compra en la producción en China aumentó menos de lo esperado según los últimos registros. Esto llevará parte del foco de atención al 12º Congreso Nacional Popular la semana próxima, dado que, por un lado, Beijing lucha contra el aumento de la inflación, a la vez que intenta estimular la producción y el consumo. Dado que se espera que China represente una buena porción del crecimiento esperado requerido para este año, cualquier cambio en los pronósticos en este rumbo podría tener un impacto importante sobre las variables fundamentales y los precios.

Hasta cierto punto, la venta masiva se ha visto impulsada por la necesidad de los inversores de reducir sus posiciones largas especulativas, las que en determinado momento alcanzaron niveles que nuevamente, al igual que en 2011 y 2012, eran insostenibles. Ahora el crudo Brent ha ingresado nuevamente a territorio conocido, lo que debería generar algún soporte hacia 109 dólares/barril, la media móvil a 200 días, mientras que la resistencia puede encontrarse próxima a 112,50 dólares/ barril.

Ahora más que nunca, el oro necesita un catalizador que pueda alejarlo de la zona de peligro representada por la banda situada entre 1.540 dólares/onza y 1.525 dólares/onza. La comunidad especulativa ha desaparecido prácticamente, lo que ha otorgado a los inversores un amplio margen para volver a participar en caso de que aparezca dicho catalizador. Ben Bernanke comunicará el informe semi-anual del banco central sobre política monetaria el 26 y 27 de febrero, y dado que las actuales objeciones respecto a una extensión del Q3 provienen de una minoría dentro de la Reserva Federal de EE.UU., tal vez quiera apaciguar las especulaciones acerca de una desaceleración o incluso un alto en las medidas de flexibilización cuantitativa.

La cantidad de operadores especulativos que están operando con el oro a corto plazo ha aumentado dado que han puesto el ojo en la zona importante de 1.525 dólares/onza, por debajo de la cual podría significar el final o, al menos, un alto importante en el repunte del oro que ha durado una década. Esto podría generar una próxima batalla de ingenio entre vendedores y aquellos que creen que el oro debería ser un integrante natural de cualquier cartera diversificada. Cualquier cambio en los datos económicos de EE.UU., los cuales han mejorado últimamente, también representaría un soporte para los precios.

El oro que había repuntado durante las últimas semanas ante el pronóstico de un aumento en la demanda tanto industrial como de inversión, también sufrió un retroceso agudo, al aumentar el costo de la onza de oro al equivalente de 55 onzas de plata, tras un nivel bajo de 52,5. Los corredores de divisas, quienes han estado ocupados reduciendo su exposición larga al oro, se han inclinado menos a vender la plata debido a su doble uso como metal de inversión y metal industrial. Pero una vez que se aceleraron las ventas, se vieron obligados a responder y esto contribuye a explicar por qué la plata tuvo un rendimiento tan negativo.

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