El primer convoy bloqueó el freno de la montaña rusa accidentada

El choque entre los dos convoyes del Tren de la Mina del Parque de Atracciones de Madrid se debió a[…]

El choque entre los dos convoyes del Tren de la Mina del Parque de Atracciones de Madrid se debió a un fallo en el sistema de frenado automático. Esa es la hipótesis, en la línea de lo adelantado ayer por este periódico, con la que trabaja la Policía Municipal para explicar el suceso, que causó 33 heridos leves el domingo por la tarde y que mantiene la montaña rusa precintada.

Fuentes de la investigación indicaron a ABC que el primer tren, al terminar su recorrido unos metros antes de la zona de bajada, se quedó parado sobre el mecanismo, bloqueando así la parte de los raíles de las vías donde se encuentra la zona de frenada. Funciona con un sensor que va aminorando la velocidad de la marcha (que alcanza un máximo de 55 kilómetros por hora en las bajadas más pronunciadas del divertimento) al pasar por ese último tramo. Pero, al estar ocupado por el primer convoy, impidió que el siguiente parara mediante ese proceso, y así fue como se produjo la colisión. Cada unidad cuenta con nueve vagones, para dos personas cada uno.

De cualquier manera, la Subinspección de la Policía Judicial está a la espera de los informes que deben remitirles los propios peritos del Parque de Atracciones, que aún están elaborándolos. Una vez los tengan en su poder, los complementarán con los indicios que los agentes han recogido «in situ».

Solo suele circular un tren

Lo que cobra fuerza es el fallo mecánico, puesto que el sistema es automático; eso sí, cuando los operarios se percataron de que el primer convoy estaba bloqueando la zona de frenado, uno de ellos subió rápidamente a la torre de control, aunque ya era tarde.

Lo habitual es que en esa atracción funcione un convoy por viaje; aunque, en el caso de que haya mucha demanda de clientes, como era el caso del viernes, se pone en marcha un segundo. Esa circunstancia también fue fundamental para que se produjera el siniestro, puesto que, de lo contrario, se habría quedado todo en un simple tren atascado unos cinco metros antes de acabar el recorrido.

El accidente se produjo a las 14.30 horas y causó contusiones y mareos leves a sus ocupantes, que tuvieron que ser atendidos por el Samur-Protección Civil. Veintisiete de los 33 lesionados (seis de ellos niños de menos de diez años) requirieron traslado hospitalario para su posterior valoración.

El Tren de la Mina, inaugurado en 2012, tiene una altura de 17,5 metros, un recorrido de 450 metros de largo y casi cien segundos de duración y alcanza una velocidad máxima de 55 kilómetros por hora. La atracción está dirigida a todos los públicos, aunque para poder montarse hay que tener al menos un metro de altura.

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Desde el 10 de junio, la atracción ha incorporado unas gafas de 3D para que sus ocupantes vayan «disparando» a esqueletos durante el recorrido, de ahí que las víctimas solo se enteraran de que algo iba mal cuando sintieron el tremendo golpe.

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No fue el motor

Para colmo, ayer se produjo una confusión por la que, según la empresa, «por error» se atribuyó un problema de uno de los motores, «muy deteriorado con escobillas fundidas», el suceso ocurrido en el Tren de la Mina. En realidad ese análisis correspondía a la atracción denominada Top Spin. El Parque de Atracciones culpó al encargado de realizar el comunicado. Este último episodio y la falta de explicaciones del parque contribuyeron a crear más confusión.

Al respecto, las mismas fuentes relatan que ese informe se realizó sobre el Top Spin, que está cerrado desde el sábado, al detectarse un problema tras una de las paradas habituales de mantenimiento.

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