El «número dos» del PSOE valenciano pide a Ximo Puig que no «difumine el partido en nacionalismos»

El secretario general y portavoz del PSPV, Francesc Romeu, ha publicado en su blog un decálogo titulado «Diez medidas urgentes[…]

El secretario general y portavoz del PSPV, Francesc Romeu, ha publicado en su blog un decálogo titulado «Diez medidas urgentes para revitalizar el socialismo valenciano», en el que se muestra especialmente crítico con la gestión orgánica que ha realizado su secretario general, Ximo Puig, desde que es presidente de la Generalitat.

En su escrito, Romeu advierte de que los socialistas valencainos necesitan «conquistar nuevos espacios institucionales ganando elecciones, no difuminando nuestro partido en nacionalismos vanos ni en coaliciones preelectorales», en alusión al pacto de gobierno con Compromís, «y reforzando nuestra alianza con la sociedad, de la que venimos y a la que representamos y por la que trabajamos».

A juicio de Romeu, «los resultados electorales de las últimas convocatorias nos llevan a la conclusión que nuestro partido necesita organizarse, activarse y establecer mecanismos internos urgentes que nos lleve a mejorar nuestra dinámica electoral», así como «transmitir acción, fuerza y, sobre todo, presencia e iniciativa política». El «número dos» del PSPV llama la atención sobre la paradoja de que «la dirección del partido no ha sabido hacer partícipe al conjunto de la organización de la alegría de volver a gobernar después de 20 años».

[Lea aquí el decálogo completo de Francesc Romeu]

Romeu, que indica en su blog que ya ha hecho llegar el escrito al presidente de la Generalitat, lamenta que la acción de gobierno haya engullido el funcionamiento orgánico de un partido con una ejecutiva tan amplia que la tilda de «asamblea» (Puig diseñó una dirección sobredimensionada para dar cabida a todos los grupos que lo apoyaron en el congreso de 2012, incluido el del propio Romeu). «Necesitamos tener un partido fuerte que no se diluya en el gobierno: la vida del partido no puede subsumirse en el gobierno o desaparecer por él», concluye.


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