Cómo invertir en bonos verdes
Este tipo de emisiones de renta fija combina su función puramente financiera con una finalidad de protección del medio ambiente. Este mercado ha crecido exponencialmente.
Los bonos verdes, junto con los sociales y los sostenibles, se han convertido en una categoría de activos en sí misma. Pero, aparte de ser un instrumento financiero cuyo fin es proporcionar financiación y servir de vehículo de inversión, también tiene una función medioambiental que se encuadra dentro de un movimiento de mayor amplitud de concienciación de los mercados: las finanzas sostenibles.
Los bonos verdes nacen en paralelo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por la ONU en 2012. Estos 17 objetivos son una llamada para poner fin a la pobreza y desigualdad, proteger el medio ambiente y buscar un desarrollo económico sostenible. Los objetivos de la ONU y el Acuerdo de París de 2015, los informes publicados por el Green Finance Study Group del G20 y la definición de los criterios para la identificación y etiquetado de los bonos verdes forman, en su conjunto, la base para un desarrollo del mercado verde espectacular desde 2014.
Considerando solo los bonos verdes etiquetados conforme a los estándares internacionales, en los últimos 4 años el volumen prácticamente se ha quintuplicado, pasando de 33.000 millones de dólares a más de 155.000. Y lo que resulta más significativo: entre 2016 y 2017, el mercado se dobló.
Por emisores, Estados Unidos y China son las dos principales potencias, con cerca del 42 por ciento del total emitido en 2017. España ocupa el quinto lugar, con 5.600 millones de euros, por encima de economías de mayor tamaño y con emisores como Iberdrola, ADIF, Gas Natural Fenosa, Comunidad de Madrid, etc.
En cuanto a la tipología de emisores, de los 155.000 millones de dólares emitidos en 2017, el sector público emitió un tercio, mientras que el peso del sector corporativo fue del 50 por ciento. Resulta muy interesante ver cómo ha evolucionado este gap de emisión entre ambos sectores a lo largo de los últimos años y cómo el grueso de los volúmenes se ha ido volcando cada vez más en las emisiones realizadas por empresas, mientras que en los inicios la participación del sector público fue determinante.
Los bonos verdes son actualmente una realidad. Pero conseguir llegar al objetivo de alcanzar el billón de dólares emitidos en 2020 supondrá no solo la confirmación de este tipo de emisiones como instrumento de financiación e inversión, sino una mejora real en el medio ambiente fruto de la descarbonización de la economía, por lo que alcanzar dicho objetivo es responsabilidad de todos los participantes en los mercados.
compromiso en las bolsas
Las bolsas apoyamos el desarrollo de este mercado a través de Sustainable Stock Exchanges (SSE), una iniciativa conjunta de la ONU, gobiernos, reguladores, inversores, emisores y bolsas, cuyo cometido es la promoción de una plataforma para el diálogo entre pares en las bolsas mundiales. Para ello, traza un plan de acción que se sustenta en seis pilares: (i) la elaboración de estándares para las emisiones de bonos verdes, (ii) establecer segmentos de cotización que ayuden a identificar las emisiones, (iii) promoción de la transparencia, (iv), y dentro de este, la definición de índices o métricas específicas, (v) contribuir a la ampliación de la educación financiera y, por último, (vi) potenciar el dialogo con el resto de participantes.
BME participa activamente en los grupos de trabajo y contribuye a la mejora de la transparencia mediante la admisión a cotización y reporte de información de las emisiones de bonos verdes en los mercados que gestiona. También colabora con la definición de índices sectoriales como el FTSE4Good IBEX, que se compone de valores pertenecientes al IBEX 35 y al FTSE Spain All Cap que cumplen con los criterios de buenas prácticas en responsabilidad social corporativa. También promueve la formación y la cultura financiera a través del Instituto BME.
