Amador ya fue condenado por disparar a un familiar en 2012

Los días pasan y Salustiano Amador Muñoz, el presunto autor de un delito de homicidio doloso por la muerte de[…]

Los días pasan y Salustiano Amador Muñoz, el presunto autor de un delito de homicidio doloso por la muerte de su pareja, Dolores Vargas Silva, sigue libre. Las últimas informaciones han precipitado su movimiento repentino, aunque por el momento las autoridades siguen al acecho y esperan un traspiés del fugitivo para detenerlo. Pero ya han pasado cinco días desde la muerte de su pareja, cuya investigación está al cargo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo.

Amador cuenta con numerosos antecedentes, pero aún así disfruta de la libertad. Libertad que aprovechó para cometer el peor de los delitos que ha perpetrado a lo largo de sus 39 años, el asesinato de su mujer (41 años), con la que estaba casada por el rito gitano. Loco de celos, según reconocen sus familiares, la atropelló presuntamente en varias ocasiones para después dejarla tirada junto a la cuneta de la A-5 a la altura de Santa Cruz del Retamar (Toledo).

Es la primera vez que Amador presuntamente mata a una persona, aunque no la única que lo ha intentado. La madrugada del 27 de mayo de 2012 ya intentó acabar con la vida de un primo hermano de Dolores después de la celebración familiar de una primera comunión en Leganés (Madrid).

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Sobre las dos de la madrugada, varios hombres se marcharon a tomar unas consumiciones a la Cubierta de Leganés (un lugar de fiesta nocturno). Sin embargo, poco antes de llegar, Amador y un primo hermano de Dolores discutieron, y Amador quiso zanjar la disputa disparando con una pistola cuando la víctima huía. Este pariente fue tiroteado por la espalda y tuvo que ser hospitalizado porque dos balas impactaron en su cuerpo: una en la pierna, a la altura de un glúteo, y otra en la cadera.

Fue condenado por esos hechos y le concedieron un permiso penitenciario. El primero lo cumplió y volvió a la prisión, pero tras el segundo ya no apareció. Desde entonces estaba en busca y captura y decidió trasladarse por un tiempo a Sevilla, donde logró documentación personal falsa para no ser reconocido por las autoridades, explican a este medio fuentes cercanas a «Los Amador», como se conoce a la familia de uno de los fugitivos más buscados en España. De esa manera consiguió ser invisible durante un tiempo, hasta que, presuntamente loco de celos, cometió un crimen que lo acompañará a él y a su familia el resto de su vida: la muerte de su mujer, Dolores Vargas Silva.

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