Depósitos al 0% para largo

Los plazos fijos prácticamente han desaparecido de la oferta bancaria y buena parte del dinero que gestionaban se ha quedado en la cuenta corriente

La banca se anda con pies de plomo a la hora de cobrar por los depósitos, algo que no se comprendería y generaría un gran rechazo social. Algunas entidades se han atrevido a aplicar esta radical medida a los grandes clientes institucionales (fondos de inversión, mutuas, aseguradoras...), pero no parece que la cosa vaya a ir más allá por ahora. Eso sí, aquel que haya ido a su sucursal a pedir una imposición a plazo a un año se habrá dado cuenta de que no le dan mucho más de un 0% de interés -un 0,1% si lo contrata por internet-. Y así va a ser durante mucho tiempo. La oferta en depósitos está prácticamente desaparecida y el que fuera durante años el producto favorito de los ahorradores vive sus horas más bajas.

La causa es bien sabida: la política adoptada por el Banco Central Europeo (BCE), que ha ido bajando los tipos de interés hasta colocarlos al 0% el pasado marzo, además de tomar otras medidas como la compra de deuda para estimular la economía. Una de las consecuencias es que el euríbor (tasa a la que los bancos se prestan entre sí) a doce meses entró en terreno negativo el pasado febrero y desde entonces ha profundizado en su caída; en septiembre cerró en -0,057% y esta semana ha acabado en -0,072%.

Y todavía hay más. El BCE cobra a las entidades un 0,4% por aparcar dinero en la institución y de ahí la necesidad de repercutir, en la medida de los posible, este coste a los clientes. Todas estas condiciones favorecen el crédito, pero son un destrozo para el negocio de la banca, que se nutre de la diferencia entre lo que cobra por los préstamos y lo que paga por los depósitos. Al final se traduce en un recorte a la remuneración del ahorro, el gran perdedor. Además, la previsión es que esta política se mantenga durante mucho tiempo. «Por lo que ha señalado el propio Draghi, nosotros contamos con que el euríbor no se despegue del 0% en 2017 y 2018 y que no vaya más allá del 0,25% hasta 2021», explican en una entidad financiera.

Ese escenario implica cinco años más de tipos muy bajos y, por tanto, de depósitos al 0%. Según los datos del Banco de España, la remuneración de los nuevos depósitos a plazo se situó en agosto en el 0,17%. Pero si uno hace un barrido por el mercado, se percata de que por regla general las entidades no llegan ni a esa cifra. «Damos un 0,05% para las nuevas operaciones y un 0,01% para las renovaciones», reconocen en una sucursal del BBVA. «Nuestra oferta es del 0%», añaden en una oficina de CaixaBank, en la que se prefiere exponer la realidad tal como es sin disfraces de unas centésimas que no van a ningún lado y que no compensan el IPC, que en septiembre volvió a terreno positivo y se colocó en el 0,2%.

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Alternativas

Conscientes de que un depósito al 0% no satisface a la clientela, que en su mayoría es de perfil conservador y con aversión al riesgo, las entidades se han exprimido las meninges para confeccionar una oferta alternativa, que por lo general pasa por fondos de inversión. CaixaBank, por ejemplo, rompió el mercado este verano con un fondo ligado al euríbor a tres meses que ofrece una rentabilidad mínima del 0,25% anual y vence en 2024. El éxito ha sido tal que ha sacado una segunda edición y otras entidades le han copiado.

En BBVA apuestan por los estructurados, en los que hasta un 95% es un plazo fijo y el 5% restante está ligado a la evolución de unos valores y, por tanto, implica riesgo, pero da un 1%. En Kutxabank han lanzado varios productos este año pero son especialmente partidarios de las carteras gestionadas, que se ajustan al perfil del cliente. «No debemos hacerlo nada mal porque nuestra gestora fue la que más entradas recibió en el primer semestre», indican. El Santander, por su parte, sigue promocionando su ya famosa Cuenta 1/2/3, que puede alcanzar una rentabilidad del 3% en determinadas condiciones muy exigentes.

La realidad es que es muy difícil obtener algo de rentabilidad sin asumir un riesgo, una palabra esta última que muchos ahorradores no quieren ni oír. El resultado es que muchos optan por dejar su dinero en la cuenta corriente aunque no les dé absolutamente nada; es más, es muy posible que paguen por ella si no han conseguido que les quiten las comisiones de mantenimiento y demás.

Las estadísticas del Banco de España dan fe de este comportamiento. Desde 2013, cuando la rentabilidad de los depósitos entró en barrena, el volumen de dinero de las familias metido en plazos fijos ha caído en 139.145 millones de euros. Pero las cuentas a la vista han recibido entradas que compensan con creces esa cifra: casi 144.000 millones de euros, hasta alcanzar un máximo histórico de 479.826 millones. O sea, que nunca antes había habido tantos euros aparcados en cuentas corrientes y molientes.

También es verdad que en este tiempo ha entrado mucho dinero en fondos de inversión, sobre todo a raíz del subidón de la Bolsa en 2013, cuando el Ibex-35 se revalorizó más del 20%. La banca, además, está colaborando activamente en este trasvase porque estos productos les dejan más comisiones.

Con todo, los depósitos y las cuentas continúan siendo, junto con el efectivo, el destino preferido de los ahorradores españoles, con un peso del 43%, no muy lejos del máximo del pico del 48% que se alcanzó en 2010. «El plazo fijo siempre ha sido el producto estrella», reconocen en Inverco, la patronal de los fondos de inversión.

Casos puntuales

Por eso resulta tan improbable que los bancos lleguen a cobrar por los depósitos a los minoristas. Las entidades lo tienen asumido. «A los particulares queremos invitarles a que nos traigan su dinero y penalizar los depósitos va en el sentido contrario, no lo vislumbro», decía en diciembre del año pasado, cuando arreció el debate, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. En la misma línea, su homólogo en el BBVA, Carlos Torres, manifestó que «es difícil que podamos establecer tipos negativos en las cuentas de nuestros clientes 'retail'; sería impensable para el segmento minorista».

El BBVA fue, sin embargo, el primero en reconocer que estaba cobrando por los depósitos a los grandes clientes. Lo admitió Torres en la presentación de resultados de abril y lo reiteró en junio, cuando especificó que aplicaban una tasa de entre el 0,15% y el 0,25%. «Se hace solo en casos muy muy puntuales», explican en la entidad. En agosto le siguió el Santander, que remitió una carta a algunos de sus grandes clientes para avisarles de que les iba a empezar a cobrar. Y el Sabadell-Guipuzcoano se une a la lista desde este mismo mes. «Solo a fondos de inversión y aseguradoras con posiciones de liquidez muy fuertes. Nada más», matizan fuentes de la entidad.

Los bancos no quieren dar demasiados detalles sobre quiénes son esos clientes a los que cobran y resulta curioso, pero en las patronales de los fondos de inversión y las aseguradoras (Inverco y Unespa) no les consta que así sea. No hay información al respecto.

En Europa ya es muy común que los bancos cobren por los depósitos a los grandes clientes e, incluso, algunas entidades financieras se han atrevido a aplicar esta medida a los particulares. Es el caso de la cooperativa alemana Raiffasen, que en septiembre comenzó a gravar con una tarifa las cuentas de más de 100.000 euros. No parece que eso se vaya a extender a España, aunque los ahorradores van a tener que convivir con depósitos al 0% durante mucho tiempo.

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