Trabajadores de la Fundación Azti piden un convenio colectivo digno
Los trabajadores de la Fundación Azti, dedicada a la investigación oceanográfica, pesquera y alimentaria, han reclamado hoy a la dirección[…]
Los trabajadores de la Fundación Azti, dedicada a la investigación oceanográfica, pesquera y alimentaria, han reclamado hoy a la dirección la negociación de un convenio colectivo que asegure el mantenimiento de su poder adquisitivo y unas condiciones laborales dignas.
La plantilla de este centro de referencia en los ámbitos de su competencia, con sede en Sukarrieta (Bizkaia), compuesta por 230 empleados, en su mayoría científicos, ha pedido también, en un comunicado, un acuerdo laboral "que no perpetúe un sistema de ciencia e investigación basado en bajos sueldos, precarización, temporalidad y falta de garantías".
Los trabajadores de Azti han explicado que, desde 2011, sus sueldos están congelados "a pesar de que todos los años, menos uno, los resultados económicos de la Fundación han sido positivos".
Agregan que la Dirección del centro tecnológico "apeló a la sostenibilidad de la organización" para justificar la congelación salarial durante la crisis y que los trabajadores así lo aceptaron durante el anterior convenio colectivo.
"Sin embargo, en la actualidad, -afirman- las cifras de la empresa y las previsiones macroeconómicas muestran una recuperación que la Dirección no quiere traducir en una mejora de las condiciones de los trabajadores".
Critican también que, después de un año negociando un nuevo convenio colectivo, "este está bloqueado porque la Dirección se niega a aceptar actualizar los salarios con el IPC".
Denuncian también que no ha habido promociones laborales en el seno de la fundación y que las bajas laborales "a menudo no son cubiertas con personal sustituto", por lo que la sobrecarga de trabajo es, "lamentablemente, demasiado recurrente".
Critican que "el ratio de altos cargos" con los que cuenta esta Fundación privada pero participada por el Gobierno Vasco, (10 contratos de alta dirección por 230 trabajadores) "no tiene parangón en el ámbito de las organizaciones de la Comunidad Autónoma del País Vasco".
"A esta situación se añade el hecho de que durante los últimos años la organización ha estado participando en diversas empresas, algunas de ellas de dudosa rentabilidad, cuando no claramente deficitarias", agregan.
Censuran, por último, que "no ha habido dinero para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, pero sí para aventuras empresariales inciertas y para mantener un desorbitado número de altos cargos".
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