La prejubilación no siempre es un negocio redondo

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Celestino Corbacho, ha destapado la caja de los truenos al pedir que se[…]

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Celestino Corbacho, ha destapado la caja de los truenos al pedir que se saque a los prejubilados de la lista del paro. Sus palabras han sido secundadas por el secretario de Estado de Economía, David Vegara.

En los últimos años tres de las principales empresas de España, Telefónica y los dos grandes bancos (BBVA y Santander) han rejuvenecido su plantilla mediante este sistema. El proceso que suelen aplicar es bastante sencillo. Por lo general, acceden a la prejubilación los trabajadores de más de 50 años, que reciben un sueldo hasta que cumplen la edad legal de jubilación del 90% de su último salario de convenio.

Además, la banca financia los convenios individuales de sus empleados con la Seguridad Social para pagar las cotizaciones, generalmente hasta los 63 años, o hasta los 65 años como el caso del BBVA. Con ello, cuando se jubilan a los 65 años no ven recortada la pensión que se cobrará el resto de la vida.

Por su parte, Telefónica ha adelantado en su último ERE la edad de prejubilación hasta los 48 años, lo que ha provocado el rechazo del Ministerio de Trabajo y un run run social por enviar a la vía muerta a personas que están en plena actividad y con una experiencia muy válida.

En un principio las palabras del ministro parecen lógicas, ya que la carga económica de la prejubilación la soportan la empresa y, en algunas ocasiones, lo comparte mínimamente con la Seguridad Social.

Pero surjen varios problemas. El primero, que muchas de las prejubilaciones no se hacen en las excelentes condiciones anteriormente mencionadas. En este caso, el Gobierno debería explicar qué medidas de protección tiene para aquellos trabajadores que se han abocado a esta fórmula porque su empresa hace aguas..

En segundo lugar, debería desarrollar una fórmula de protección para los trabajadores junto con las empresas y sindicatos para que la vida laboral de un empleado, que se sigue sintiendo útil, no se acabe a una edad tan temprana. A veces es la única solución porque teniendo más de 50 años y sabiendo que su empresa no le quiere ¿dónde va a encontrar un nuevo empleo acorde con su formación y su experiencia? En el INEM de momento no, y menos con las últimas cifras de parados, con: más de 2.800.000 personas buscando empleo.

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