Familias de policías en huelga dejarán los cuarteles si hay mejoras laborales

Las familias de los policías militarizados del estado de Espirito Santo, en el sureste de Brasil, que desde hace 10[…]

Las familias de los policías militarizados del estado de Espirito Santo, en el sureste de Brasil, que desde hace 10 días tratan de impedir que los agentes salgan a la calle, aseguraron hoy que desistieron de reclamar un aumento de sueldo y que se conformarán con mejores condiciones laborales.

En un documento al que tuvo acceso el portal G1, las familias de los policías militarizados también prometen acabar este martes con la protesta si tienen la garantía de que no se aplicará ninguna sanción contra los agentes ni los participantes del movimiento de protesta.

"Pensamos y decidimos no pedir el reajuste inflacionario por el momento y sí mejores condiciones de trabajo. Así como todos están ansiosos por el fin del movimiento, nosotros también lo estamos, pero solo saldremos de las puertas de los batallones si tenemos una respuesta positiva del Gobierno", aseguró una de las manifestantes a la prensa.

Los familiares de los policías militarizados de Espirito Santo iniciaron una huelga el pasado 4 de febrero bloqueando las salidas de los cuarteles, con lo que impedían a los agentes salir a trabajar.

Con las manifestaciones, que aún se mantienen aunque con menor fuerza, piden un aumento del sueldo y mejores condiciones laborales para los agentes.

Los familiares tomaron la iniciativa de las protestas porque los policías en Brasil tienen estatus militar y están prohibidos constitucionalmente de hacer huelga.

Según estadísticas del sindicato de agentes de la Policía Civil aún no reconocidas por la gobernación regional, en diez días de huelga policial se perpetraron 146 homicidios, un número varias veces superior al de todo enero.

La falta de Policía obligó al Gobierno federal a enviar a 3.000 integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública para reducir la ola de violencia y tranquilizar a la población.

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Pese a que este final de semana algunos policías volvieron a trabajar, gran parte permanece de brazos cruzados con el argumento de que las puertas de los cuarteles siguen bloqueadas.

Los policías que volvieron a patrullar las calles son los que no estaban en el interior de los cuarteles cuando comenzó la paralización o los que fueron retirados de sus unidades por helicópteros de la Fuerza Aérea.

La protesta de Espirito Santo se extendió el viernes a los estados de Pará (norte) y al vecino Río de Janeiro, que está en plenos preparativos para los carnavales de este año y donde varios cuarteles de la policía registran desde el viernes protestas en sus puertas por parte de familiares de los agentes.

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En Río de Janeiro los policías se mantienen normalmente en las calles, pero al igual que en Espíritu Santo algunos de ellos debieron salir de los batallones en helicópteros militares.

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