Una experiencia de altos vuelos

Los amantes de las emociones fuertes tienen una cita de altos vuelos. Ponerse en la piel de un piloto por[…]

Los amantes de las emociones fuertes tienen una cita de altos vuelos. Ponerse en la piel de un piloto por un día es posible en Extremadura gracias al Aeroclub de Cáceres, que te permite tomar los mandos de un avión ultraligero, así como conocer desde el cielo la belleza y diversidad de los paisajes extremeños.

Con la adrenalina por las nubes y a unos 300 metros de altura, usuario e instructor de vuelo intercambian los papeles para que el primero sienta la experiencia de pilotar este aparato deportivo, que cuenta, no obstante, con doble mando para evitar sorpresas inesperadas.

Lo explica a Efe Diego Andrada Mateos, instructor de la Escuela de Pilotos de Extremadura, que depende del Aeroclub de Cáceres, situado en el aeródromo de la Cervera, entre Valdesalor y Aldea del Cano (Cáceres).

El club surgió de un grupo de gente aficionada a la aviación recreativa y en pleno desarrollo de los ultraligeros como medio más económico frente a otros aparatos más costosos como las avionetas, cuya demanda iba "decreciendo".

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Desde su creación en 1984 y hasta hoy, cerca de 600 personas se han sacado la licencia de vuelo de aviones ultraligeros en esta escuela cacereña, a la que acudían personas procedentes de Salamanca, Madrid o Portugal, pues era la "única autorizada" en el suroeste del país.

En Extremadura ha permanecido así durante varias décadas hasta que hace "cuatro o cinco años surgieron algunas en la provincia de Badajoz", indica el instructor.

La licencia de vuelo se puede obtener desde los 16 años con permiso paterno y examinarse a los 17, y además de la parte práctica y teórica sobre conocimientos en reglamentación, meteorología o navegación, se precisa de un reconocimiento por parte de un médico aeronáutico, que te capacita para pilotar estos aparatos.

Pero al margen de las personas que estén interesadas en obtener la licencia, la escuela ofrece vuelos turísticos y divulgativos, y en este último caso puede que al usuario le guste tanto la experiencia que acabe por animarse a capacitarse para ello.

Andrada cuenta el caso de un niño de 14 años al que una mañana hace muchos años dio un paseo de 10 minutos porque estaba "un poco asustado" pero que volvió por la tarde para repetir la experiencia y hoy en día es piloto de los Airbus A320 y A321 en una importante compañía aérea.

Otras personas sencillamente quieren disfrutar de unas vistas "de altura" porque Extremadura "desde el cielo es impresionante" con una variedad de paisajes muy diferentes y que "llaman mucho la atención por la belleza que tienen".

Las peticiones de gente interesada en esto animaron al Aeroclub de Cáceres a impulsar los vuelos turísticos, donde ofertan unas diez rutas fijas aunque el usuario puede diseñar su propia ruta, con el recorrido y tiempo que desee.

Aunque el vuelo puede durar hasta cinco horas, señala, la demanda más habitual es de una hora, servicio que tiene un precio aproximado de 130 euros.

Los ultraligeros de esta escuela, que están autorizados para llevar a dos personas -el instructor y un acompañante- aunque tienen capacidad para más personas, suelen volar a una velocidad de "200 kilómetros por hora", trayecto que se recorre, por tanto, en unos 60 minutos.

Si bien pueden subir a más altura, siempre y cuando no entren en zona aérea restringida, la altura que se alcanza normalmente es de unos 300 metros, pues permite disfrutar del detalle de los paisajes e inmortalizar el momento con fotografías y vídeos de recuerdo.

Contemplar desde el aire el manto blanco de los cerezos en flor en el Valle del Jerte, la majestuosidad del Teatro Romano de Mérida o la singularidad del monumento natural de Los Barruecos y sus grandes bolos graníticos, esculpidos por los agentes erosivos durante miles de años, son algunas de las propuestas visuales.

Los usuarios pueden disfrutar también del encanto de la localidad de Trujillo, coronada por su fortaleza, los imponentes recursos naturales del Parque Nacional de Monfragüe, la singularidad de la dehesa con sus encinas o sobrevolar grandes embalses como los de La Serena y el Zújar.

El Aeroclub de Cáceres ha tomado además la iniciativa de hacer un campo de vuelo propio, en lo que trabajan actualmente pero que "no puede ir más deprisa porque la burocracia va muy lenta", aunque Andrada ha aclarado que están "en condiciones de ofrecer todos los servicios" antes mencionados.

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