Un imperio alimentado por la cafeína y el crédito

El gigante del café JAB, que está comprando Dr Pepper Snapple, recibe ayuda de sus proveedores

JAB Holding Co., la sociedad anónima cerrada que está creando un imperio del café y los refrescos, tiene una estrategia sencilla para fomentar el crecimiento: comprar ahora y pagar más tarde. Mucho más tarde. 

El pasado 29 de enero, Keurig Green Mountain Inc., una compañía de JAB conocida por sus cafeteras para uso individual, anunció la compra de Dr Pepper Snapple Group Inc. por un total de 18.700 millones de dólares. Este acuerdo supone la creación de una enorme red de distribución de bebidas en EE.UU. y cierra un ciclo de seis años de adquisiciones por valor de cerca de 58.000 millones de dólares. La compañía, que invierte la fortuna de la multimillonaria familia australiana Reimann y otros fondos de inversión, se está convirtiendo en rival para Coca-Cola Co. y PepsiCo Inc. Entre sus marcas se incluyen 7Up y Fiji Water, así como los cafés Peet's Coffee y Douwe Egberts. Uno de los secretos del éxito de JAB en los últimos años es su relación con los proveedores de café.

Algunos de los intermediarios que venden granos de café a las compañías de JAB aceptan plazos de pago de hasta 300 días. Estos plazos no son habituales en el sector de las materias primas, donde los pagos suelen realizarse poco después de la entrega del producto. Esta estrategia está ahogando a los comerciantes de café, al convertirlos en entidades de crédito en beneficio de JAB, que cuenta con una tesorería desbordante. «El principal objetivo de estos plazos de pago tan largos son los flujos de tesorería», afirma Jim Watson, analista senior de bebidas en Rabobank International, entidad financiera líder en el sector de la comercialización de café. «Deja una liquidez enorme que en otras circunstancias estaría sujeta al pago a proveedores», lo que sirve de gran ayuda para las adquisiciones, afirma. 

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JAB lleva cerrando un acuerdo tras otro desde 2012, con compras de participaciones mayoritarias en compañías como Caribou Coffee Co. y D.E Master Blenders 1753 BV, actualmente conocidas como Jacobs Douwe Egberts, tras la fusión con la unidad de café de Mondelêz International Inc. En 2015, el grupo adquirió Keurig Green Mountain por casi 14.000 millones de dólares, en el mayor acuerdo de la historia del sector del café. El año pasado, adquirió en cuanto pudo la cadena estadounidense de café Panera Bread Co. por 7.200 millones de dólares.

Jacobs Douwe Egberts, o JDE, incluso alcanzó en volumen de ventas minoristas de café a Nestlé SA, aunque sigue por detrás en valor de las ventas, según los datos de la compañía londinense de investigación sobre consumo Euromonitor International Ltd. Algunos traders estiman que todas las compañías adquiridas por JAB podrían estar comprando ya más café verde que Nestlé. JAB también ha invertido en todo un abanico de compañías de bienes de consumo, incluyendo el fabricante de perfumes Coty Inc. y Reckitt Benckiser Group Plc, entre cuyas marcas se incluyen Woolite y Clearasil.

La rápida expansión en el mundo del café le ha dado más fuerza a JAB (dirigida por los socios Peter Harf, Bart Becht y Olivier Goudet) a la hora de tratar con los proveedores. Hay traders a los que se ha pedido nada menos que 300 días de financiación, mientras que otros ofrecen 260 o unas tres veces más que lo que suele pedir Nestlé, según ciertas personas familiarizadas con los acuerdos, que han preferido mantenerse en el anonimato por miedo a perder sus contratos. Los compradores pagan intereses al financiar las compras, pero los tipos en Europa siguen en mínimos históricos. 

JAB no hace pública la cantidad de café que compra, pero los traders estiman que solo JDE compra cerca de 720.000 toneladas al año. Aunque el coste de las diferentes variedades de café varía mucho en función de la calidad y el país de origen, un volumen así podría suponer unos 1.300 millones de dólares al año, tomando como base el precio actual de los futuros del grano robusta, que es una variedad económica. Para el grano de la variedad arábica, menos amarga, supondría un total de cerca de 2.000 millones de dólares. JAB contaba con 4.460 millones de euros (5.520 millones de dólares) de deuda y 15.720 millones de dólares de patrimonio neto a finales de junio, además de 798 millones de tesorería, según se indica en sus estados financieros. 

A medida que se consolida el sector del café, siguiendo los pasos del sector de la cerveza, los traders más pequeños de grano de café podrían empezar a pasar apuros. Las casas más grandes tienen más capacidad de financiación, por lo que el incremento de la competencia podría acabar con una concentración de traders. Becht, presidente de JDE, afirma que no puede culparse a su compañía por las dificultades que atraviesan los traders. «Estos plazos de pago tan amplios llevan muchos años aplicándose», afirma. «JDE al igual que los compradores han pagado el coste adicional que conlleva unos plazos de pago tan amplios, así que este argumento no puede alegarse para justificar las dificultades que están afrontando algunas casas de comercio».

Estos plazos de pago tan amplios suponen riesgos para los traders. Si suben de forma brusca los tipos de interés o repuntan de forma repentina los precios de los futuros, podrían afrontar pérdidas o aumentar sus necesidades financieras al aumentar los costes de cobertura. 

Es cierto que JAB es una compañía solvente, pero si empeora su situación financiera, los bancos que ofrecen préstamos a los traders podrían ponerse nerviosos y retirarles las líneas de crédito. Y la consolidación del sector supone que los traders estén más expuestos a las fortunas de unas pocas compañías. JAB continúa expandiéndose, forzando quizás a sus competidores a moverse en la misma línea, y esta es una dinámica que no parece que vaya a cambiar a corto plazo.

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