Temperaturas de hasta -5ºC afectan al viñedo de la DO Ribera del Duero

El brusco descenso de temperaturas en la Ribera del Duero en los últimos días tiene en jaque a bodegueros y[…]

El brusco descenso de temperaturas en la Ribera del Duero en los últimos días tiene en jaque a bodegueros y viticultores de esta denominación de origen vitivinícola, que siguen con preocupación los efectos de heladas, con hasta -5 grados, en unas plantas que están empezando a brotar.

La pasada noche, la del jueves al viernes, ha sido especialmente dura en toda la zona amparada por este marchamo de calidad vitivinícola.

Fuentes de los Servicios Técnicos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero han informado de que entre las 02:00 y las 07:00 de la mañana se ha registrado una helada generalizada, por acumulación de aire frío en las capas más bajas de la atmósfera y por irradiación.

Durante todo ese tiempo, los termómetros se han situado en todo momento por debajo de los cero grados, con picos de hasta cuatro y cinco grados bajo cero.

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"Para conocer la afectación se tiene en cuenta tanto el descenso de temperaturas como el tiempo en que estas se mantienen bajo cero. Y en este caso han coincidido los dos parámetros", ha explicado a Efe Agustín Alonso, jefe de los Servicios Técnicos de Ribera del Duero.

Las consecuencias de la helada se han dejado notar prácticamente de forma generalizada en todo el cultivo ribereño. En un momento en el que la planta ya ha brotado, todo apunta a que esa primera brotación se perderá y habrá que estar pendiente de una segunda.

En cualquier caso, ha señalado Alonso, la situación no es demasiado preocupante puesto que el ciclo de las viñas estaba un poco adelantado, teniendo en cuenta que es el 24 de abril la fecha en la que, de media, brota la viña en Ribera del Duero.

Asimismo, aunque la segunda brotación tiene su origen en las denominadas yemas ciegas o casqueras, que conllevan una menor producción, en una denominación de origen como Ribera del Duero, en la que se prima calidad frente a cantidad, esto no tiene por qué ser un problema.

Bodegueros y viticultores ribereños siguen buscando fórmulas para evitar o, cuando menos, minimizar los efectos de las bajas temperaturas.

Especialmente novedosa ha sido la apuesta de dos bodegas burgalesas enclavadas en las localidades de Sotillo de la Ribera y La Aguilera.

Apenas tuvieron conocimiento del riesgo de heladas, contrataron los servicios de un helicóptero que, llegado desde Panticosa (Huesca) ha realizado desde primera hora de la mañana, antes de que saliera el sol, vuelos sobre sus viñedos.

"Es una experiencia que ya se tiene en Francia. Consiste en mover toda la masa de aire frío que se queda pegado a la yema y la congela, para que no tenga suficiente temperatura y no hiele la cepa", ha explicado a EFE Ernesto Peña, enólogo de una de las bodegas que han recurrido a este sistema.

Al mismo, tiempo, con el vuelo, se consigue que las masas de aire más caliente que se encuentran en las capas más altas de la atmósfera, desciendan hasta el suelo.

Una operación costosa, ya que es probable que alcance varios miles de euros que, en cualquier caso, se darán por bien empleados si se consigue evitar la helada.

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