Sara González bucea en los presuntos trapicheos en Sabadell en la era Bustos
Clientelismo, tráfico de favores, cobro de presuntas comisiones ilegales y autoritarismo mezclado con un estilo de gobierno paternalista confluyeron en[…]
Clientelismo, tráfico de favores, cobro de presuntas comisiones ilegales y autoritarismo mezclado con un estilo de gobierno paternalista confluyeron en la Sabadell del exalcalde socialista Manuel Bustos, retratado por la periodista Sara González en "Cas Mercuri, la galàxia Bustos" (Edicions Saldonar).
González (Sant Celoni, Barcelona, 1985), redactora de Nació Digital, especialista en espacio socialista y que cubrió de cerca el caso Mercurio desde el diario Ara, traza un retrato truculento del mandato de Bustos desde que llegó al poder en 1999 hasta que en 2012 los Mossos d'Esquadra entraron por orden judicial en la sede del Ayuntamiento de Sabadell (Barcelona) y empezaron a abrir cajones.
Sin pretender avanzarse al veredicto de los tribunales, González subraya que el caso Mercurio ya ahora "deja al descubierto algunas maneras de actuar que durante décadas han estado enmarcadas dentro de la normalidad en la gestión" de ciertos ayuntamientos.
Para explicar la complejidad de un caso ramificado en 35 piezas, en las que se investiga una presunta trama de corrupción urbanística y múltiples delitos relacionados con la gestión municipal, la autora emplea un método narrativo alejado de la aridez del simple ensayo, a medio camino entre la crónica periodística y el retrato personal.
Capítulo a capítulo, el lector va descubriendo los engranajes de la trama a partir del testimonio caleidoscópico de instigadores, víctimas y denunciantes: desde políticos en el punto de mira hasta empresarios que se prestaron a los turbios negocios investigados, pasando por servidores públicos que se atrevieron a tirar de la manta pese al clima de silencio cómplice que se instaló en Sabadell.
Es así como Carme Ribalta, la funcionaria responsable de los servicios sociales de Sabadell, desvela cómo, en 2007, constató irregularidades en la adjudicación del centenar de viviendas asistenciales para gente mayor en el barrio de Sant Oleguer.
Ribalta detectó que un hombre a quien ella misma había negado el acceso a uno de esos pisos de protección social por no cumplir los requisitos mínimos finalmente se salió con la suya, gracias a la sigilosa intermediación de una concejal próxima a Bustos: fue una más de las cerca de 90 adjudicaciones irregulares de esa promoción.
González también se sumerge en la figura de Manuel Bustos, al que define como "la hipérbole de lo que se puede considerar una manera autoritaria de ejercer el poder", vértice superior de su fiel "clan" familiar y que en las conversaciones intervenidas policialmente aparece bajo el mote de "el capo".
La periodista habla con el exalcalde, abanderado de un estilo basado en el "o conmigo o contra mí" y constata su perfil poliédrico, capaz de reconocer su exceso de "vehemencia" en determinadas ocasiones pero beligerante ante cualquier acusación de corrupción: "A mí me han querido matar y enterrar siendo inocente".
Después de repasar todo lo que ha sucedido desde el estallido del caso Mercurio, relata la autora, Bustos se enjuaga unas lágrimas e insiste con un punto de enfado: "¡He cometido errores pero no delitos, coño!".
.