¿Profit warning? Botin no dice esta boca es mía

Viene a decir una campaña publicitaria de Grupo Santander que el valor de las promesas no está en formularlas, sino[…]

Viene a decir una campaña publicitaria de Grupo Santander que el valor de las promesas no está en formularlas, sino en cumplirlas. Se refiere al asunto de las comisiones cero, pero a estas alturas no sabemos si es también de aplicación a las previsiones de resultados del primer banco español. Resulta que Emilio Botín no ha dicho esta boca es mía al ya extendido rumor de que el banco no podrá ofrecer a sus accionistas los 10.000 millones de euros de beneficios a los que aspiraba en el ya terminado año de gracia de 2008. Ni una palabra ante lo que es, de confirmarse, un profit warning como una catedral. De momento, manda la ley del silencio.

Hace apenas seis meses, en la junta general del banco en Santander, Botín presumió de una situación de privilegio frente a sus competidores y pasó de puntillas por la crisis económica mundial. Fue una junta plácida, soñada. Todo un banco dentro de una gran burbuja, inmune al tormentazo de ahí afuera.

Luego, en septiembre, en la junta general extraordinaria convocada para abordar la compra del banco británico Alliance & Leicester, Botín reiteró que la entidad cántabra "está bien preparada" para afrontar esta situación, "mejor que los competidores" y volvía a asegurar que cumpliría su objetivo de resultados: 9.800 millones sin plusvalías y 10.500 con ellas. "Seremos el tercer banco por beneficios", aseguró el más veterano de los banqueros españoles.

Oficialmente, no se sabe una palabra más. Como las distintas informaciones acerca de una posible rebaja de las previsiones de beneficios no han alterado en exceso la cotización- sube en torno al 1% este año-, al parecer la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no se ha sentido obligada a pedir a Botín una aclaracion.

Una decisión discutible y que traerá cola si el 3 de febrero los resultados no hacen buenos los vaticinios del banco, que en un último trimestre fatídico, como para todo el sector, ha tenido que hacer frente a una ampliación de capital de más de 7.000 millones -por cierto, la cotización ha vuelto a los niveles que lucía cuando se anunció-, y al doble impacto de Lehman Brothers y Madoff. ¿Materia suficiente para pedir explicaciones?

En junio -antes de ayer- Botín alardeaba de que Santander valía por primera vez en bolsa más que su inmediato seguidor BBVA, Popular, Sabadell y Bankinter juntos. Unas cuentas que, estas sí, no arrojan dudas. Siguen siendo válidas y demuestran que la entidad está vivita y coleando. Pero otra cosa es hacer mutis por el foro cuando lo que se pone en duda es la previsión más ambiciosa de la historia del banco.

De momento, con el globo sonda de un profit warning en todos los rincones del mercado, Botín ya tiene preparado al personal por si lo que viene es una mala noticia. A estas horas, la suerte está más que echada, pero toca esperar tres semanas. La ley del más grande.

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