"Manos de luz", "polillas multicolores" y orquídeas salvajes ocuparán Quito
Manos de luz, polillas multicolores y orquídeas salvajes, todas nacidas de destellos luminosos en el marco de la Fiesta de[…]
Manos de luz, polillas multicolores y orquídeas salvajes, todas nacidas de destellos luminosos en el marco de la Fiesta de la Luz, ocuparán en agosto, plazas, parques, calles e iglesias del centro histórico de Quito, declarada en 1978 como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La iglesia de La Compañía, que tardó 160 años en ser construida y que es uno de los mejores ejemplos del barroco latinoamericano, será entre el 8 y el 12 de agosto el escenario en el que el francés Daniel Knipper, "hable" con luz sobre el "brillo de las sombras".
Y es que en la intimidad de la iglesia de La Compañía -donde predomina el dorado por el pan de oro de las decoraciones-, el techo y la nave dialogarán con el coro en un juego de brillos y sombras durante la exhibición de Knipper, una de las 19 presentaciones previstas para la tercera edición del Festival.
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, aseguró a Efe que la Fiesta de la Luz es uno de los ejes de la estrategia de posicionamiento turístico de la ciudad, y las cifras en las dos primeras ediciones reflejan su éxito: 1,5 millones de visitantes en 2016 y más de dos millones en 2017.
En 2016, el movimiento económico generado por la Fiesta de la Luz ascendió a 4,8 millones de dólares, mientras que el año pasado, "15,4 millones de dólares se insertaron en la economía de la ciudad", según cálculos del Ayuntamiento.
Rodas quiere que la Fiesta de la Luz sea un "símbolo de Quito" y un mecanismo que impulse la reactivación de restaurantes, hoteles, tiendas de artesanías y que sirva también para la "reapropiación ciudadana" del centro histórico, que este año cumple cuarenta años de declaración como Patrimonio Cultural por la Unesco.
Un aniversario que quiere festejar por todo lo alto, con "sombrillas de luz", "huellas del pasado" y la "psicodelia andina", como se denominan otras exhibiciones de la Fiesta de la Luz, una experiencia sensorial gracias a proyecciones multimedia, vídeo-mapping y arte-luz de doce autores locales y extranjeros.
Por primera vez, en esta edición se presentarán exposiciones visuales, talleres y conferencias que se desarrollarán en Quito, una ciudad imán para el turismo que ha acaparado durante cinco años consecutivos el galardón de "Destino líder de Suramérica" en los "World Travel Awards", conocido como el Oscar del turismo.
"Orgulloso" de esa designación, Rodas ve también en ello un "enorme desafío para permanentemente" mejorar la calidad de la oferta turística de Quito.
Y aunque ve difícil establecer el impacto económico de esas designaciones en la ciudad, sí nota el aumento "sistemático" de turistas extranjeros: 627.626 en 2016, 652.912 en 2017 y 265.293 entre enero y mayo de 2018, según cifras de la Alcaldía.
La ciudad espera refrendar en la edición de este año el Oscar como "Destino Líder de Suramérica", pero también triunfar en otras 19 categorías, entre ella Destino líder de reuniones y conferencias.
El 5 de agosto es el cierre de las votaciones y la entrega de premios será el 15 de septiembre en la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, país que ya acogió esta ceremonia en 2014.
Quito tiene una "enorme ventana" de oportunidades para incrementar los visitantes, asegura Rodas, y para ello también desarrolla un trabajo coordinado con el Ministerio de Turismo en estrategias de promoción y la ejecución de planes específicos.
El Ayuntamiento trabaja para que Quito sea asimismo un destino para convenciones, sin dejar de lado la campaña de preservación del centro histórico, en el que ha desplegado un plan de peatonización y avanza en la conservación patrimonial de iglesias y conventos, entre ellas la de San Francisco, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad.
Precisamente, la fachada de esa Iglesia se convertirá en un lienzo para que el artista francés Laurent Langlois lleve a los turistas por un viaje gráfico y luminoso en el marco de la Fiesta de la Luz, en la que estructuras de metal luminosas de gran formato se transformarán en orquídeas salvajes mientras polillas multicolores de luz atravesarán callejones del centro de Quito.
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