Lejos de Rusia hace mucho frío

 El primer ministro ruso, Putin, ha bajado de manera importante la presión del gas que bombea hacía algunas repúblicas ex[…]

 El primer ministro ruso, Putin, ha bajado de manera importante la presión del gas que bombea hacía algunas repúblicas ex soviéticas y países occidentales para enviar a través de los gaseoductos un doble mensaje:

1.- Mensaje a los países occidentales. Si los países europeos occidentales quieren gas deberán dejar que las empresas rusas participen en las empresas energéticas occidentales. Esta petición ha sido machaconamente planteada por Rusia a los responsables europeos, especialmente en la reunión que sobre energía celebró el presidente ruso Dimitri Medvedev, junto a Durao Barroso y Sarkozy, a mediados de noviembre pasado en Niza. Los intentos de Lukoil y otras petroleras rusas de tomar participación en algunas compañías energéticas europeas, y siempre que el precio del petróleo se lo permita, deberían concretarse en los próximos meses.

2.- Mensaje a las antiguas repúblicas soviéticas y países satélites. Rusia está dispuesto a utilizar el gas como arma de presión contra las veleidades occidentalistas de sus antiguos socios. Quiere poner en evidencia su dependencia de Moscú en temas energéticos y recordarles que el desarrollo de su economía tendrá dificultades y que lejos de Rusia hará mucho frío, si optan por ir estrechando cada vez más lazos políticos y económicos con Occidente.

No es ninguna casualidad que Putin hayan escogido estos días, en medio de una terrible ola de frío, para hacer tal alarde. No va en broma y, si la Unión Europea y sus antiguos socios no cambian de estrategia, habrá un problema continuado de aprovisionamiento energético. Especialmente en los días de más frío del año porque, aunque parezca mentira, alejarse de Rusia y acercarse a Occidente puede ser para muchos la mejor fórmula para pasar un invierno especialmente frío.

¿Y qué pasa con la operación Lukoil-Repsol?. Pasa que la caída del precio del petróleo está haciendo casi imposible la operación. Lukoil es muy sensible al precio del crudo y pagar el doble de la cotización para no tener derecho a nada... Pero la operación interesa a Lukoil, aunque no tiene ninguna prisa porque sabe bien de la debilidad accionarial de Repsol. Así es que atentos al precio del crudo. Cuanto más se recupere más posibilidades hay de que se cierre la operación. Una mala operación a ojos de muchos, pero la única operación que hay sobre la mesa de Sacyr en estos momentos.

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