La bodega Abadía de Poblet recupera la elaboración de vinos de los monjes

La bodega Abadia de Poblet, instalada en el monasterio de Poblet (Tarragona), recupera variedades autóctonas de la zona y procesos[…]

La bodega Abadia de Poblet, instalada en el monasterio de Poblet (Tarragona), recupera variedades autóctonas de la zona y procesos de elaboración ancestrales similares a las que utilizaban los monjes de la orden del Císter, informa Codorniu.

Abadia de Poblet es la única bodega catalana situada dentro de un monumento histórico -declarado patrimonio de la humanidad- y Codorniu Raventós, propietario de las instalaciones, quiere potenciar todo este valor añadido.

La bodega ha añadido a su catálogo los llamados "Vins de monestir", elaborados según las antiguas premisas monacales y con las variedades propias de la zona.

Así, aplican técnicas de viticultura no invasiva, vinificaciones en grandes depósitos, crianza en barricas y ausencia de aditivos para la fermentación.

El proyecto destaca por la recuperación de variedades locales (trepat, garrut y garnatxa principalmente) para ofrecer vinos que expresen las tipicidades del territorio y zona de la que provienen.

La bodega cuenta con más de 30 hectáreas de viñas, 10 de ellas en el interior del monasterio y esta nueva producción significa también un reconocimiento a la Denominación de Origen (DO) Conca de Barberà.

"La filosofía de los nuevos vinos de monasterio es que transmitan las características de las uvas con las que se elaboran y el territorio en el que han sido cultivadas", dice el enólogo Ricard Rofes.

Uno de los vinos de finca, "La Font Voltada", está elaborado totalmente con la variedad trepat autóctona y ya ha recibido varias distinciones por su calidad.

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El vino toma el nombre de la finca de la que provienen sus uvas, situada en la Conca de Barberà entre Sarral y Montbrió de la Marca, y que hace referencia a la rasa que se halla al lado del viñedo.

Los viñedos de trepat de esta finca se consideran unos de los más antiguos de la DO Conca de Barberà y La Font Voltada envejece durante catorce meses en barrica de 600 litros con más de un uso.

Se trata de un vino fino, fresco y frutal, valorado con 92 puntos sobre 100 en la lista del experto americano Robert Parker, lo que le sitúa en la primera posición de la DO en este ránking.

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Los monjes de Poblet, en el siglo XVI, importaron de la Borgoña francesa su experiencia en el cultivo de viñedos y la elaboración de vinos.

En los años 80 del siglo XX, la familia Codorníu Raventós acordó con la comunidad monacal de Poblet la recuperación y uso de su viñedo y emprendió con ello una profunda remodelación del espacio intramuros.

La bodega mantiene intactos diferentes elementos de la construcción inicial del siglo XIX (bóvedas catalanas y arcos de obra vista), además del portal y las ventanas góticas de la fachada, procedentes de una antigua edificación del siglo XV.

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