FAO declara dos sitios españoles los primeros patrimonios agrícolas de Europa
Las salinas del valle salado de Añana (País Vasco) y la producción de uva pasa de la Axarquía (Andalucía) son[…]
Las salinas del valle salado de Añana (País Vasco) y la producción de uva pasa de la Axarquía (Andalucía) son los dos primeros sistemas de patrimonio agrícola mundial reconocidos por la FAO en Europa, informó hoy esa institución en un comunicado.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) incluyó esos dos sitios españoles en su lista de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).
Es la primera vez que Europa obtiene ese tipo de certificación, que valora la estrecha relación que mantienen las comunidades rurales con el territorio y el ambiente a lo largo del tiempo.
Los nuevos sitios "muestran cómo el conocimiento tradicional, junto con una fuerte identidad cultural y una relación armónica con la naturaleza, puede crear sistemas agrícolas sostenibles", aseguró hoy Yoshihide Endo, coordinador del programa SIPAM.
El valle de Añana es una salina de interior que aprovecha los manantiales de agua salada que brotan en los alrededores y se divide en parcelas donde el agua se deja secar al sol para obtener sal.
Ese lugar, con más de 6.500 años de historia, está ubicado en Álava y el auge de la industria moderna golpeó su producción, lo que supuso su declive hasta que a finales de la década de 1990 se inició el proceso de recuperación.
El complejo sistema hidráulico de distribución y almacenamiento de salmuera, unido a una cuidadosa técnica de cultivo de sal, ha sido considerado por la FAO un "ejercicio de adaptación al entorno".
La organización también ha reconocido la cultura de la Axarquía, una comarca de la provincia de Málaga en la que se concentra la producción de pasas desde hace siglos.
La uva pasa de Málaga es un cultivo tradicional que se remonta a la época fenicia y tuvo su auge en el siglo XIX, con la exportación de miles de toneladas a Europa y Estados Unidos, si bien la caída de los precios, la competencia de otra variedad y una plaga arruinaron los viñedos de esa zona.
El sistema, que se ha ido recuperando lentamente, hace un uso reducido de productos sintéticos y utiliza técnicas agrícolas intensivas en mano de obra, como la labranza mínima o la aplicación de estiércol a mano.
Su bajo impacto ambiental permite, además, conservar los paisajes rurales en la Axarquía, una zona de elevada pendiente y sometida a la erosión y la escasez de lluvias.
Esos dos reconocimientos, que han sido evaluados por un comité científico, se suman a los otros 43 sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial declarados desde 2002 en diecinueve países, la mayoría en Asia.
Entre ellos, están las terrazas de arroz en China, los pastores masái en Kenia y Tanzania o los jardines flotantes en Bangladesh.
En América Latina han sido declaradas anteriormente como SIPAM la agricultura en chinampas, un método antiguo utilizado en el Valle de México, así como la agricultura andina en Perú y la cultura del archipiélago chileno de Chiloé.
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