Euskadi quiere crear un ruta de turismo industrial
Euskadi quiere crear una ruta de turismo industrial, en la que se ofrezca la posibilidad de visitar unos veinticinco lugares[…]
Euskadi quiere crear una ruta de turismo industrial, en la que se ofrezca la posibilidad de visitar unos veinticinco lugares del patrimonio industrial, desde el Puente Colgante al museo del ferrocarril de Azpeitia o las minas de La Arboleda.
Para conocer dos de las principales experiencias europeas en rutas de turismo industrial y aplicarlas en Euskadi, el consejero de Turismo, Comercio y Consumo, Alfredo Retortillo, está hoy en la cuenca del Ruhr (Alemania), la ruta de Turismo Industrial más visitada de Europa. La delegación vasca también ha visitado la ruta de Silesia (Polonia).
Para hacerse una idea del potencial de este turismo, el museo y la mina del Zollverein (Essen, en la cuenca) reciben cada año millón y medio de visitantes, más que el Guggenheim. Sin llegar a estos niveles, hay otras veinte rutas regionales industriales por Europa, a las que Euskadi se quiere sumar ahora.
Se trataría de unir mediante un recorrido unos 25 o 30 lugares de Euskadi; los dos lugares más destacados, el Puente Colgante y las Salinas de Añana, ya tienen relevancia por sí mismos, y la ruta ayudaría a poner en valor a otros lugares destacados.
Por ejemplo, la fábrica textil de la Encartada, el museo del ferrocarril de Azpeitia, los edificios de la Azucarera y el depósito de aguas de Vitoria, el valle de hierro de Legazpi o las minas Arditurri en Oiartzun. Tendrían indicaciones y señales comunes para guiar la ruta.
El ejemplo a seguir es la cuenca del Ruhr, similar a Euskadi por su pasado siderúrgico y minero y el duro proceso de reconversión sufrido durante los años 70 y 80, cuando comenzó ya entonces a trabajar en la conservación y puesta en valor de los restos materiales, paisajes y arquitecturas vinculados con ese pasado.
El consejero Retortillo ha explicado hoy que la diferencia fundamental entre el Ruhr y Euskadi es que cuando se produjo la reconversión vasca coincidió con los primeros años de la democracia y las preocupaciones laborales y políticas pesaban más que la preocupación por la conservación del pasado industrial.
"Casi hubo un rechazo al pasado industrial, se veía como algo a sustituir por lo nuevo, y eso llevó a su desmantelamiento. Muchos restos de nuestro pasado industrial se han eliminado, pero todavía quedan elementos industriales, y el objetivo es recuperar lo que queda y ponerlo en valor".
El consejero delegado de la ruta del Ruhr, Axel Biermann, les ha aconsejado que, además del patrimonio industrial, "buscamos combinarlo con eventos multitudinarios que atraigan a la gente. Berlín es Berlín, pero nadie viene a la cuenca del Ruhr solo porque es la cuenca del Ruhr, hay que darles algo más".
Como ha explicado el anfitrión alemán, la recuperación del Ruhr no ha sido solo una cuestión ecológica o de turismo, sino también un factor de identidad, algo que el consejero quiere trasladar también a Euskadi: "hay que construir un relato para sentirnos orgullosos de nuestro pasado industrial".
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