El Besaya anhela que el zinc le devuelva la corona minera
El anhelo de la comarca del Besaya por volver a ser la potencia minera que fue de la mano de[…]
El anhelo de la comarca del Besaya por volver a ser la potencia minera que fue de la mano de la antigua Azsa está más vivo que nunca, después de que la empresa Cantábrica de Zinc SL haya efectuado en Queveda (Santillana del Mar) el primero de los 150 "pinchazoS" previstos para la búsqueda de la blenda, un mineral de zinc.
Precisamente los estudios y prospecciones que en su día hizo la Real Compañía Asturiana de Minas sirven ahora como hoja de ruta a la adjudicataria de los derechos de prospección de esta cuadrícula, la canadiense Emerita Resources, para sacar partido al subsuelo de toda esta zona de Cantabria, que se espera que sea muy fértil en zinc.
Desde ayer, cuando el tranquilo barrio de Las Quintas vio cómo se instalaba "por trabajo" una vecina poco usual procedente de Ponferrada, la máquina Spidrill 160-D, esta saca a destajo de la tierra testigos de caliza compacta, con una longitud que puede llegar a los 1,5 metros, que serán los que determinen la presencia o no de material suficiente para construir una mina subterránea.
El escaso terreno que hoy ocupa esa máquina no es representativo ni de lo que puede llegar a sondear -unos 1.500 metros-, aunque tanto no será necesario porque se cree que el mineral está a una tercera parte de esa profundidad, ni de la repercusión que tendría el hallazgo de los cerca de 20 millones de toneladas que se espera de este material bajo tierra.
La historia se repite, y lo que hoy proyecta la empresa Cantábrica de Zinc SL, que forma una 'joint venture' con Global Amidala SL y la minera canadiense Emerita Resources, para encontrar este mineral, evoca al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, como ha contado en su visita a la zona, a lo sucedido hace más de un siglo con las prospecciones en Polanco para hallar cloruro sódico, del que hoy se nutre la centenaria planta de Solvay.
"Me dan el 99 por ciento de certeza" o "estoy convencido de que va a salir muy bien esto" son algunas de las afirmaciones que Revilla ha hecho delante de esta máquina, momentos después de accionarla él mismo, y que de fructificar supondrían, a su juicio, "un antes y un después" para el Besaya.
Sin descanso, con jornadas de trabajo que irán desde las ocho horas y en ocasiones por la noche, la perforadora buscará evidencias del "caramelo" -así ve Revilla el color de la blenda- bajo la tierra de Santillana.
"Hoy puede ser el día en el que comience algo que espero que signifique un antes y un después en una Comarca que ha sufrido muchísimo con la crisis económica", ha subrayado el presidente.
Ayuntamientos, empresas y Gobierno, así como vecinos, anhelan que el éxito de estas prospecciones sirva para proyectar una mina que daría trabajo a unas 2.000 personas y, en definitiva, supondría un "revulsivo" a una zona que ya sabe lo que es ser una potencia minera.
A muchos les quitará el sueño esta prospección y sobre todo sus resultados, cuando los haya quizás en un par de semanas, pero no más que a Nieves y Pedro, los más inmediatos vecinos de esta máquina, que pese a lo molesto que pueda resultar su ruido, que hoy no ha sido todo lo sonoro que puede llegar a ser, creen que "merece la pena" aguantarlo.
"Lo positivo que puede ser compensa", destacan ambos, confiados de que cuando una empresa canadiense se embarca en semejante trabajo en una pequeña localidad de Cantabria "por algo será".
Y lo esperan con la ilusión de que redunde en el beneficio del Besaya y de Cantabria, como le han trasladado al alcalde de Torrelavega, José Manuel Cruz Viadero, antes de que este se marchara en su coche del acto.
Además de una nutrida presencia de periodistas y gráficos, al inicio de las prospecciones han asistido Revilla, el consejero de Industria, Francisco Martín, los alcaldes de Torrelavega, Reocín y Santillana del Mar, y el presidente de la empresa que ejecuta los sondeos, Alejandro Fernández, quien ha destacado que la campaña de exploración, estudio y desarrollo técnico se extenderá durante unos 13 meses.
A partir de ahí comenzaría el periodo de obtención de licencias y, si tanto esta fase de encontrarlo como el proceso de permisos fuera favorable, después empezaría la construcción de una mina subterránea, que podría devolver la corona minera a esta comarca tras muchos años.
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