De profesión, consejero de Endesa

El reciente anuncio del fichaje de la ex ministra Elena Salgado como consejera de la filial chilena de Endesa es un ejemplo más del conciliabulo que existe entre la clase política con los puestos en los consejos de las antiguas empresas públicas y en los de las grandes multinacionales españolas. Si nos ponemos a revisar el registro mercantil nos encontraremos con señeros apellidos de la política que ocupan sillones en los consejos de esas grandes compañías, sin saber muy bien con qué beneficio para esas compañías.

Telefónica, con Eduardo Zaplana o Javier de Paz. Pedro Solbes que ahora es consejero y asesor de Barclays. El mismo José María Aznar, que también fue nombrado el pasado 2011 asesor de Endesa, es posible con comparta decisiones con Elena Salgado. Endesa concretamente es una empresa que se encuentra cómoda fichando a políticos. Desde su privatización tuvo un político al frente de la compañía, fue Rodolfo Martín Villa, que tras dejar la presidencia se mantuvo como presidente de Endesa Italia (la antigua Elettrogen) y como consejero de Endesa Chile (antigua Enersis). Por eso no es de extrañar que el propio De Guindos también haya sid consejero de la eléctrica.

Es curioso lo difícil que tienen los empresarios y los profesionales acreditados acceder a la relevancia política, sobre todo si están en activo. Los ejemplos brillan por su ausencia. Si la memoria no me falla, sólo Pizarro, por cierto ex presidente de Endesa, ha formado parte de las listas de uno de los dos grandes partidos. Por cierto, al poco tiempo renunció a su acta de diputado. Lo mismo pasó en 1993 con el juez Garzón, que fue número dos en las listas del PSOE por Madrid. Los pocos casos que se han dado han tenido escaso recorrido en la carrera política.

En cambio, la salida de los políticos con cargos en el Gobierno hacia la empresa privada está mucho más lubrificada. Parece que su cargo en el ministerio de turno es sólo una antesala para convertirse luego en reputados administradores y asesores. Sus perfiles de personas influyentes son perfectos para los "blue chips" de la bolsa española. Repsol, BBVA, Santander, Telefónica, Endesa... todas son compañías que para ejercer su actividad necesitan licencia administrativa. De su connivencia con la Administración, depende buena parte de su balance. En el caso que nos ocupa, descata además la enorme valía que debe tener la señora Salgado para la filifal de la eléctrica que ha tenido que emplear ingeniería de la buena para saltarse el protocolo de incompatibilidades. Es curioso, que no suceda lo mismo con Inditex o con Acerinox.

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